Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img

Historias de vida, 3. Las heridas de María Estelia González y las ordenanzas de Cristino Lázaro, que cuentan Costa Rica desde abajo

“Yo tengo heridas por todas partes, casi me apea la mano. Por todo mi cuerpo tengo cicatrices. No sé de dónde agarraba güilas en Puntarenas; me las llevaba y me las acostaba a la par y comenzaba a travesear, y si yo decía algo, me agarraba con un puñal”, dice María Estelia González. “A casi todos les habían ‘cachi-comprado’ la tierra, como decimos, y estaban en el puro servilismo para los mismos a quienes les vendieron. El sistema indígena había desaparecido por completo. Me nombraron juez de paz primero y agente principal de policía, después”, dice Cristino Lázaro. Para conocer el mundo hay que saber de quienes con su sangre y sudor empujan la rueda que no vemos. Conocer a otros es también conocerse a uno mismo

Conspiranoia ‘made in Spain’. Historia y sociedad a través del prisma del complot

La teoría de la conspiración ha servido a los fines más variados: ventilar malestares sociales, fungir de banderín de enganche a políticos e influencers demagogos, aportar explicaciones simples de fenómenos complejos. Ha sido un complotismo de segunda mano, con muestras de originalidad en los casos del Opus Dei y del 11-M. En este campo de la imaginación, España no ha sido demasiado diferente

No matarían ni una mosca. Retratos de los criminales de las guerras balcánicas

Tendemos a pensar que la gente bien parecida es buena, igual que tendemos a creer que la gente fea es malvada. No tiene mucho que ver con la realidad, por supuesto. Pero yo nunca había visto una cara tan conmovedoramente ingenua e infantil en un asesino, y debo reconocer que me abrumó la sorpresa

El pequeño bolchevique enamorado. Lo que ha quedado del imperio de los zares

¿Por qué nos matamos los unos a los otros? ¿No somos todos rusos? ¿Por qué la guerra? “Todo lo ruso es triste. Hablemos de España. Yo conocí un español…”. Cuando el Ejército Blanco fue definitivamente derrotado, Catalina tuvo que abandonar el territorio ruso y refugiarse primero en Constantinopla y más tarde en Yugoeslavia

Diarios del olvido. Hago guardia junto a su cama

Todo ha ido demasiado rápido. Según los médicos, es muy posible que tenga cáncer. Le cojo la mano mientras duerme y ella aprieta la mía con fuerza a causa de algo que está soñando. Yo me digo: “No se está muriendo, porque la gente que se muere ya no sueña”. En realidad es una idea absurda, pero me agarro a ella hasta el amanecer

la nube habitada

Publicidadspot_imgspot_img
-Publicidad-spot_img

síguenos en

Recibe todas las novedades de fronterad en tu correo.

antología de fronterad

-Publicidad-spot_img
-Publicidad-spot_img