Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tanto10 de Octubre

10 de Octubre


 

 

Llevo un tiempo sin escribir, y me da rabia que sea justo ahora que tantas cosas hay que decir. Tampoco es tan grave por otro lado, ya se encargan otros de hablar por mí: en las calles, en el ascensor, en la prensa. Tal vez demasiado en esta confusión política, en la que cada día te levantas con el sobresalto de no saber qué pasará. Opiniones con las que no siempre comulgas, un ruido que te deja sorda y que sin embargo en Madrid a pesar de la situación de incertidumbre, la vida parece seguir su curso bajo el mismo sol de siempre.

A mí también me ocurre como cuenta Antonio Muñoz Molina en uno de sus artículos. Me pesa el cansancio de tener que explicarle a mis amigos italianos lo que está sucediendo en España, y ni yo misma saber que responderles. Y eso que lo intento, intento hablarles de nuestra Constitución, del imperio de la ley, del folletín en que se ha convertido todo, pero me resulta agotador hacerles comprender que la imagen que se refleja al otro lado del mundo no es tan sombría como quieren hacer creer algunos por más que se empeñen.

Pasan los días y me pregunto hasta donde llegará la situación, si todavía estaremos a tiempo de rectificar esta pataleta política, si nuestros gobernantes serán capaces de poner un poco de cordura a tantos despropósitos con un poco de dialogo. Llámenme frívola, pero mientras el día de la surrealista declaración de independencia, la famosa independencia con marcha atrás, todos estaban pendientes de las noticias, yo pasé una tarde deliciosa de cumpleaños. Y aunque después ya en diferido, no me separé de la televisión, intentando descifrar las consecuencias del sí si o del si no, me acosté pensando que ojalá fuera esto lo que recuerde dentro de unos años: la fantástica tarde, el libro de poemas de Alejandra Pizarnik que me regalaron, y la tarta de chocolate que no me pude terminar… Ojalá.

Más del autor

-publicidad-spot_img