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Mientras tanto2016/01  — "Creo que mi nombre preferido es George Orwell"

2016/01  — «Creo que mi nombre preferido es George Orwell»


 

Después de demasiado tiempo sin saber cómo resucitar el blog, lo actualizaré cada semana con recortes de lecturas que me resulten interesantes.

 

Lunes, 28 de diciembre

 

La cultura está detenida porque nadie se atreve a decir lo que piensa ni a pensar ni a vivir de forma independiente y de acuerdo con sus experiencias, sus verdaderos deseos y sus verdaderas intuiciones. Unos se aferran a la Gran Descripción de las Cosas, que es en realidad marxismo solidificado y anacrónico, y otros a la Iglesia católica. Todos buscan el calor de un grupo que les proteja, y se sobreentiende que los que no están en un grupo están en el otro. Mientras tanto, los que no necesitan la cultura para nada, es decir, los banqueros y las grandes fortunas, se van apoderando poco a poco del mundo.

 

Tribuna de Andrés Ibáñez en ABC Cultural.

 

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Martes, 29 de diciembre

 

“Y lo del seudónimo… el nombre que suelo usar es P. S. Burton, pero, si no le gusta como suena, ¿qué le parece Kenneth Miles, George Orwell o H. Lewis Allways? Creo que mi nombre preferido es George Orwell”.

 

Eric Blair a Leonard Moore, su agente literario.

 

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Miércoles, 30 de diciembre

 

Joan was trying to finish a book that year, and she would work until two or three in the morning, then have a drink and read some poetry before she came to bed.

 

En Blue Nights (Knopf), de Joan Didion.

 

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Jueves, 31 de diciembre

 

“Se ve que bombardearon el zoológico… Los georgianos se pasaron toda la noche persiguiendo a alguien que sospechaban era un absajio. Al final, consiguieron herir al desconocido, que pegaba unos chillidos espantosos. Los absajios se tropezaron con la víctima, que corría despavorida, y, creyendo que era un georgiano, le dieron alcance y le dispararon. Cuando amaneció, descubrieron que el herido era uno de los monos escapados del zoológico. Y entonces los georgianos y los absajios establecieron una tregua y se abalanzaron a salvarle la vida a la criatura herida. Si hubiera sido una persona, la habrían rematado…”

 

En El fin del ‘Homo sovieticus’ (Acantilado), de Svetlana Alexiévich.

 

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Viernes, 1 de enero

 

Hace ya mucho tiempo que la escritura periodística, al igual que el arte abstracto, se emancipó del referente real, declaró que la realidad extraperiodística es un efecto óptico o un residuo estadístico y entró en una fase autoreflexiva y revivalista, una oda a la hemeroteca. A la causalidad sin causa de l’art pour l’art le ha seguido, como consecuencia inevitable, le journalisme pour le journalisme.

 

Entrevista de María Angulo Egea a Eloy Fernández Porta en El Estado Mental.

 

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Sábado, 2 de enero

 

Hay que ser inútil. Hace tres años cayó en mis manos Quans els obrers van ser els amos. Como el autor me quedaba lejano —era Xavier Vinader (1947-2015)—, como el tema ma parecía solo local —la crónica de una huelga en Sabadell en febrero de 1976— no le presté atención. Me equivoqué completamente. Como mínimo, aquellas páginas, escritas por un periodista de 30 años e inéditas durante más de 30 años, desprenden una admirable viveza comprometida con la sociedad y el oficio. Porque durante la transición pocos episodios de ruptura fueron tan intensos como aquel que se produjo durante una semana de contundente protesta en el Vallès. Y porque ignorar la dimensión del conflicto social y obrero durante la década de los setenta incapacita para comprender la realidad que, más allá del papel jugado por los partidos de oposición, forzó a los reformistas franquicias a ir más allá de la encorsetada liberalización del sistema que ellos mismos habían pautado. Sin la lucha, sin la violencia, todo habría sido distinto.

 

Jordi Amat reseña El cas Vinader. El periodisme contra la guerra bruta.

 

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Domingo, 3 de enero

 

He descubierto que uno se cansa cuando escribe algo en serio. Es mala señal si uno no se cansa. Uno no puede esperar escribir algo en serio así a la ligera, como con una mano solo, alegremente, sin molestarse apenas. No se puede salir del paso como si tal cosa.

 

[…]

 

Así es mi oficio. Dinero, ya veis que no produce mucho; más aún, siempre hace falta trabajar al mismo tiempo en otro oficio para vivir. A veces también produce un poco, y obtener dinero gracias a él es una cosa muy dulce, es como recibir dinero y regalos de manos del ser amado. Así es mi oficio.

 

Natalia Ginzburg en ‘Mi oficio’.

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