Home Mientras tanto 30 inconvenientes de ser un cortometrajista de más de 30

30 inconvenientes de ser un cortometrajista de más de 30

 

 – El silencio de tu madre al decirle por teléfono que vas a rodar otro corto.

 – En las reuniones de antiguos alumnos eres El Amenábar.

 – Tus historias de zombis ahora hablan sobre lo dura (pero satisfactoria) que es la paternidad.

 – Te descubres criticando a esta juventud, que se salta el eje cuando le da la gana.

 – «¿Y no has pensado en rodar un largo?»

 – Nadie quiere escuchar tus batallitas de montar en cámara cortos en Hi8.

 – Tus referencias de otras pelis deben llevar la coletilla «…pero el original, no el remake»

 – No tienes tiempo para pre-producir en condiciones.

 – Y tu equipo habitual ya tiene un trabajo serio.

 – O encadena trabajos serios.

 – Así que no encuentras más días para rodar que un fin de semana o un puente, como mucho.

 – Por eso tus cortos van de dos personas sentadas discutiendo.

 – Pero los denominas «una vuelta a la esencia del drama».

 – Y te quedas tan ancho. O te tienes que quedar tan ancho.

 – Ante su insistencia, metes a tu suegra de extra. A pesar de tus advertencias, se aburre.

 – Debes vigilar el colesterol al echar mano del catering.

 – Paras las mezclas de audio por hoy porque tienes hora en el Natur House.

 – En vez de comparar laboratorios con otros cortometrajistas, comparas guarderías.

 – Los agradecimientos son larguísimos porque tu apellido ya abarca tres generaciones.

 – «Bueno, ¿y para cuándo el salto al largo?»

 – Esa actriz que te ignoró durante la fiesta fin de rodaje podría ser tu hija, macho.

 – ¿Sabes de algún Festival Internacional de Realizadores Maduritos e Interesantes? Pues eso.

 – Cuando un festival pide tu corto en formato FAES a 51’71 mmHg y la pista de calabandrios sin esnurfiar y echas de menos cuando enviabas un VHS y a correr.

 – El lumbago al levantar la bobina de 35mm.

 – La camiseta del festival no cubre tu tripa cervecera.

 – Si la sesión de cortos es larga, la vejiga pasa factura.

 – Como ganes algún trofeo, a ver dónde lo pones que no descojone el Feng-Shui de la casa.

 – La prensa ya no te llama «joven promesa».

 – Las resacas festivaleras duran hasta el miércoles.

 – «¿No deberías haber rodado un largo ya?» 

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