1.
El nuevo mapa literario de Barcelona, proyecto del Ayuntamiento de Barcelona llevado a cabo por Víctor Fernández, Marina Espasa y Joan Safont.
*la foto es de Marina Espasa.
2.
El tema «Clubs de moda» del nuevo disco de Los Altragos, El agujero glorioso.
3.
El artículo de Rubén Ángel Arias sobre Roberto Bolaño y su Poesía Reunida, «La Universidad Desconocida abre nueva sucursal«, en Ctxt.
Un extracto:
«En 2007, se publicó en Anagrama La Universidad Desconocida, título bajo el cual Bolaño se había propuesto ordenar la práctica totalidad de la poesía que había escrito desde su llegada a Barcelona en enero de 1977. Empresa que estaba lejos aún de culminar cuando, en 2003, fallece a los cincuenta años de edad.
Una nota de los herederos abría el citado volumen recopilatorio. El motivo de la publicación, declaraban, había sido el “profundo respeto que nos produce el amor que Roberto sentía por su poesía”. Una frase ostensiblemente cursi y sintomática: se respeta el amor (sea esto lo que sea), la poesía (ídem) ya veremos.
El lector común (si es que existe) tendrá que esforzarse si quiere (y no tiene por qué querer) desentrañar las idas y venidas que el legado textual de Bolaño ha sufrido desde su muerte. Por lo que respecta a su poesía, y con los datos disponibles, puede esbozarse el siguiente itinerario.
Al final de La Universidad Desconocida se incluía un apartado con el título de “Breve historia del libro”, en el cual Carolina López aportaba algunas fechas aproximadas para datar la escritura de los poemas. El problema es que para para aludir a los mismos utilizaba expresiones como “algunos poemas de este libro”, “en su gran mayoría”, “la gran mayoría de poemas” o “casi en su totalidad”, con lo que su bienintencionada contribución, lejos de aclarar, nublaba el resultado.»
4.
El texto de Jorge Carrión para Altair Magazine «¿Dónde comienza la pantalla? Viaje a Seúl entre signos de interrogación (II)«.
Un extracto:
«Si Johannes Gutenberg hubiera viajado a Corea en el siglo XV siguiendo la Ruta de la Seda —como hizo Marco Polo a principios l siglo anterior— tal vez hubiera descubierto que lo que él entendía como el futuro era en realidad una versión del pasado. En julio de 1377 dos artesanos llamados Seokcan y Daldam imprimieron con tipos móviles metálicos el Jikji, la obra en que su maestro, Beagun Hawsang, resumía las enseñanzas del budismo zen. Ochenta años antes de que Gutenberg imprimiera su Biblia.
La cultura coreana tradicional fue una y poderosa, pese a las periódicas invasiones chinas y japonesas, hasta que se escindió en el ecuador del siglo XX en dos realidades simultáneas, aparentemente contrarias, pero igualmente dictatoriales. Porque mientras en el norte y bajo el control de Kim Il-Sung, la República Popular Democrática de Corea era una dictadura del proletariado que —como todas— tenía un único gran líder; en el sur la República de Corea también era dirigida por personajes turbios, conservadores y neoliberales, como el presidente Syngam Rhee y el general Park Chung-hee.»
5.
«Vida y ficción», el documental de Edurne Portela y José Ovejero.