Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tanto#5cosas por las que ha merecido la pena estar vivo esta semana...

#5cosas por las que ha merecido la pena estar vivo esta semana (50)

Sestear absorto y pálido   el blog de Jose de Montfort

 

1.

El vibrante tema «Clap Song», de Flamingo Tours.

 

 

 

2.

 

 

«Montevideo», el adelanto de la próxima novela de Enrique Vila Matas que publica Cuadernos Hispanoamericanos. Aquí.

Un extracto:

«Llegamos a un acuerdo por el cual íbamos a dar Sirés y yo una vuelta por la ciudad y en cuanto estuviera libre mi habitación –tenían que dejarla en dos o tres horas– me avisarían por whatsapp. No eran muy fiables, pero no había otra opción que confiar en ellos. Dimos un largo paseo por la avenida 18 de Julio y yo me disculpé ampliamente ante Sirés por no continuar en el hotel que me había asignado su organización, algo que él dijo de entrada comprender y luego lo contrario cuando apuntó que no le veía una gracia especial a dormir en el cuarto de «la puerta condenada», el cuento de Cortázar que transcurría en el Cervantes, de Montevideo.

Acompañé a Sirés a las oficinas del CCE, donde conocí a la gente que trabajaba con él. Después, dimos una larga vuelta por la ciudad y pasamos, lo recuerdo especialmente, por delante del Teatro Solís que Sirés me explicó que era el más antiguo del mundo, aunque rápidamente cambió y precisó que en realidad era sólo el más antiguo de Sudamérica, lo que en el fondo me tranquilizó, porque no sabía cómo debía reaccionar ante la visión repentina, en pleno paseo por Montevideo, del teatro más antiguo del mundo. Pensé en Mario Gas, amigo de juventud, compañero de estudios en Derecho. Siempre había oído decir que Mario, hombre de teatro hasta la médula, había nacido en un teatro fuera de España, en Montevideo concretamente cuando sus padres, actores, estaban de gira. Y me pareció que en los años cuarenta, cuando nació Mario, sus padres sólo podían estar trabajando en Montevideo en un teatro con tanta historia como el Solís.»

 

3.

 

© Diego Sánchez y Borja Larrondo (The Kids Are Right)

La entrevista de Fernando Navarro a Nacho Vegas, a cuenta de su último disco, Mundos inmóviles derrumbándose. En El País. Aquí.

Un extracto:

«Las olas chocan contra las rocas y las gaviotas sobrevuelan dejando su rumor incierto mientras Nacho Vegas observa absorto el horizonte como si, desde ahí, pudiese encontrar en lo profundo del Cantábrico una perla. A pocos metros, al comienzo del camino pedroso del puerto, un cartel advertía: “Peligro por rebases de oleaje”. El mar no parece bravo y las tres únicas lanchas con permiso para pescar en Ortiguera descansan atracadas. No hay miedo a sobresaltos, aunque todo puede cambiar cuando la marea sube y amenaza tormenta. Inmóvil, con el cuello del abrigo subido y el flequillo castaño zarandeado por el viento, Vegas se mantiene en el borde del estrecho puerto con espigón. Como explicará horas después, pero también como cuenta en las canciones descarnadas de su nuevo disco, Mundos inmóviles derrumbándose, sabe de rebases de oleaje. Cuando llegó a este pequeño pueblo pesquero el pasado abril, huyendo de su Gijón natal, había sido víctima de uno. Una vez más. La soledad arrasó con él. Solo que, en esta ocasión, creyó que nunca más podría superarlo. De hecho, aún hoy, se pregunta si de verdad lo va a superar.»

 

4.

 

 

El artículo de Loreto Sánchez Seoane, «Pannonica Rothschild, la baronesa que intentó salvar a Thelonious Monk», publicado en El Independiente. Aquí.

Un extracto:

«Kathleen Annie Pannonica Rothschild de Koenigswarter (1913-1988) nació en Londres, cuando Europa intuía que el mundo empezaba a resquebrajarse. Pasó su infancia ajena a todo dolor, a cualquier preocupación. De la casa de invierno a la de verano, estudió rodeada de obras de arte, con su padre poniendo jazz a todo volumen en el gramófono y con la única agonía de no tener ninguna.

Su carácter se expresó con un ansia precoz por la velocidad. Siendo aún una adolescente se fascinó por los coches de carreras, que la llevaron a conocer a un apasionado de la caída libre. Por suerte para su entorno, se trataba de un rico heredero: Jules de Koenigswater. Quedaron enganchados el uno en la excentricidad del otro y en 1935, cuando Pannonica tenía 22 años, se casaron. La boda fue profusamente narrada en las páginas de sociedad del New York Times.

Eligieron París como cobijo y los clubes nocturnos como hogar. De Charlie Parker a Dizzy Gillespie o Coleman Hawkings. Pasaron la luna de miel de concierto en concierto, adictos en busca de su dosis diaria de deslumbramiento.»

 

5.

 

La serie de entrevistas de Alvaro Liuzzi Medios / Post / Pandemia sobre cómo la pandemia ha transformado el trabajo dentro de los medios. Con entrevistas a periodistas de los medios argentinos Artear / Revista Anfibia / Chequeado / RED/ACCIÖN / Telefé Digital / La Gaceta, y el norteamericano Quartz. Aquí.

 

Más del autor

-publicidad-spot_img