Decenas de jóvenes argentinos que estudian en Mar del Plata, una ciudad ubicada a casi 500 kilómetros de la capital del país, comenzaron el 2019 sin saber que ese año iba a cambiar el rumbo de su futuro gracias al Programa “Mentoreo”, una iniciativa de la ONG Conciencia* que contó con el auspicio institucional del Centro de Información de las Naciones Unidas en Buenos Aires a fin de que continúen con sus estudios universitarios.
El Programa comenzó en Mar del Plata en marzo, cuando se convocó a estudiantes de la carrera de psicología de la Universidad Nacional de la ciudad a inscribirse en este proyecto motivacional que implica el acompañamiento durante 9 meses a 60 jóvenes de 15 a 25 años que abandonaron la escolaridad, no trabajan, ni planean iniciar sus estudios universitarios.
El objetivo era que los estudiantes de psicología actuaran como mentores voluntarios con el fin de incentivarlos para que pudieran reinsertarse en el sistema educativo eligiendo una carrera que les permita encontrar su vocación y que les asegure un porvenir más próspero.
Como primera actividad del programa en la etapa de capacitación a los mentores, el Centro de Información de la ONU brindó una conferencia informativa sobre la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, haciendo hincapié en el rol que ellos tendrían principalmente en el logro de la meta 4: Garantizar a los jóvenes una educación de calidad e inclusiva.
Dos historias con final feliz
Micaela y Alex son dos adolescentes con mucho potencial, pero que no contaban con la motivación necesaria, ni con medios económicos que les posibilitaran diagramar sus futuros. Estudiaban en una escuela rural alejada y con pocos recursos, y cursaban su último año de secundaria.
En 2018, Alex perdió el curso al superar la cantidad de faltas autorizadas por el reglamento, y en 2019 le costaba acudir a la escuela, por lo cual estaba en riesgo de volver a perder otro año de estudio.
Tampoco se animaba a hablar en público, ni escribir un currículo, no sabía cómo inscribirse en una carrera universitaria, desconocía la oferta académica y se dio cuenta que necesitaba ayuda. En ese momento Damaris, estudiante de cuarto año de psicología llegó a su vida, y comenzaron a trabajar juntos.
Una amiga más
“Damaris fue como una amiga más, como una compañera de estudio, gracias a ella hoy sé hacer un currículo, sé cómo presentarme en una entrevista laboral porque antes me daba mucha vergüenza hablar con la gente. Ella me incentivó a terminar la escuela, me acompañó a conocer las universidades y me está ayudando a elegir una profesión. Es muy importante que haya voluntarios como ella que brinden apoyo a más chicos en las escuelas y los inspiren para que continúen estudiando”, aseguró Alex, quien en estos días se está graduando de la escuela secundaria, convirtiéndose en el primero de su familia que lo logra. Además, gracias a Damaris, ya piensa en estudiar el profesorado en matemáticas.
Por su parte, su mentora está orgullosa del desempeño de Alex y se siente muy satisfecha por haber podido guiarlo en esta etapa de indecisión para que pueda continuar creciendo.
“Educación e inclusión van de la mano y tienen que ir juntas y acompañadas todo el tiempo, porque la educación tiene que ser accesible a todos, independientemente del contexto social en el que vivas, de la situación familiar, a veces no solamente no se accede por no poder sino por desconocer”, enfatizó Damaris quien le prometió a Alex que seguirá acompañándolo incluso cuando termine formalmente el programa a fin de diciembre.
Llegar en el momento justo
Otra de las historias que merece ser contada es la de Luciana y Micaela. Micaela concurre a la misma escuela que Alex, y se sentía sola e insegura a la hora de decidir si seguir estudiando. Pidió ayuda y llegó la persona indicada, Luciana, también estudiante de psicología, con un pasado como deportista de alto rendimiento que fue indispensable para que Micaela logrará identificar sus sueños y concretarlos.
Luciana la motivó a que se animara a inscribirse en el curso de entrenamiento personal mientras terminaba la escuela secundaria y están a la espera de la apertura de la inscripción para que Micaela el próximo año comience sus estudios para graduarse de profesora de Educación Física.
“Luciana llegó a mi vida en el momento justo, yo no tenía conocimiento de cómo inscribirme en la universidad, es difícil y en ese aspecto mi familia no me puede ayudar. Estaba desorientada. Si no fuese por ella yo no hubiese hecho el curso ni estaría pensando en comenzar la carrera en 2020.”
Su mentora manifestó estar feliz de haber compartido este año con ella, que fue de aprendizaje mutuo afirmó, y continuó diciendo: “Es mentira que el tren pasa una sola vez en la vida, pero cuando los trenes pasan hay que tomarlos, aunque pasen muchos trenes, porque está bueno aprovechar las oportunidades y dejarse ayudar.”
El coordinador del programa en la ciudad de Mar del Plata, Nahuel Bozzi, describió la implementación de la iniciativa de esta manera: “Nos hemos encontrado en los barrios con cientos de jóvenes que desean salir adelante, sueñan con trabajar y estudiar, y simplemente necesitan un respaldo, un apoyo para dar ese paso hacia un futuro mejor. Un mentor que acompaña, escucha, propone y empodera es una motivación inmensa”.
Micaela y Alex cierran el año con logros, con metas e ilusiones que Damaris y Luciana hicieron posibles dedicando su tiempo al voluntariado, a forjar valores de su profesión demostrando una vez más que la juventud es imprescindible para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los jóvenes ya incorporaron la Agenda 2030, ya comprendieron su rol como generadores e impulsores de propuestas para que nadie quede atrás ni deje pasar su tren.
Día Internacional de los Voluntarios
La labor de Damaris y Luciana ilustra el Día Internacional de los Voluntarios que se celebra cada 5 de diciembre y que, como dice el Secretario General de la ONU, António Guterres, su rol para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible “merece todo el apoyo por parte de los Gobiernos y la sociedad en general”.
*Mentoreo es un programa desarrollado en forma conjunta por Asociación Conciencia y el Instituto Nacional de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la República Argentina, con otras Organizaciones de la Sociedad Civil. La Asociación Conciencia trabaja en Argentina hace más de 35 años. Promueve espacios de acompañamiento brindando herramientas y oportunidades para: construir proyectos de vida, fortalecer capacidades y habilidades y potenciar la inclusión educativa, social y laboral.
Desde hace más de 15 años que Conciencia lleva adelante programas de acompañamiento a jóvenes en situación de vulnerabilidad con el acompañamiento individual a cargo de un voluntario.
Producción: Centro de Información de las Naciones Unidas en Argentina.