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Crónica de un año teatral bajo la sombra del COVID (I) – El comienzo de todo


Escribimos esta crónica cuando ha pasado un año ya… Cuando hemos vivido acontecimientos teatrales que nunca pensamos que íbamos a vivir, y no solo motivados por el/la COVID, o el/la COVID-19… Y es que hace durante este año el teatro ha sufrido una serie de reveses que por poco le han hecho perecer, pero ha demostrado ser invencible…

En algunos países el teatro no ha podido resurgir de nuevo tras la irrupción del COVID en nuestras vidas, pero en España hemos conseguido resucitarle, aunque aún no esté funcionando al 100% de sus capacidades. Hay que tener en cuenta también que, en países como Reino Unido, Francia o Alemania, los artistas de teatro (quizá los artistas en general, pero como sabemos más del mundo del teatro, de ello es de lo que hablamos) se han visto más o menos apoyados económicamente por sus respectivos gobiernos, pero en España no. En España se ha apoyado a determinados teatros o compañías, que presentaron una solicitud y que se han visto sometidos a un riguroso examen de todo el papeleo… Pero, en general, los trabajadores del teatro no han recibido ayuda. Si en España no se hubieran abierto los teatros, los trabajadores del teatro lo hubieran pasado aún peor que antes del COVID. [Desconocemos los datos, pero seguramente la gran mayoría de trabajadores del teatro ahora mismo no están viviendo de sus labores teatrales.]

Pero esta resurrección y reapertura de los teatros no ha sido tan sencilla como puede parecer… Vamos a hacer un recorrido, en varios capítulos, por cómo ha sido este año transcurrido hasta llegar a marzo de 2021, tanto de las propuestas que han ofrecido los teatros para público presencial, como del resto de manifestaciones surgidas o más ampliamente investigadas durante la pandemia…

Espectáculo de calle en Dferia 2020 – compañía La Macana

El comienzo de todo

A primeros de marzo de 2020, antes de que el gobierno decretara el confinamiento domiciliario, la situación era un tanto inestable y extraña, pero ni se nos pasaba por la cabeza que podría paralizarse todo, y no únicamente el teatro… Lo espectáculos que se podían estrenar, si las enfermedades o las gripes o posibles COVID ─pues quizá alguno lo pasó sin saberlo─ lo permitían, se estrenaban. Todo seguía su curso como en cualquier otra época, pero sabíamos que había algo raro, se oía hablar del virus en China, en Italia… En Madrid (hablaremos principalmente de Madrid, pues es la cartelera que mejor conocemos…) había muchas obras en cartel, y la primera semana de marzo se habían estrenado montajes como Delicuescente Eva de la compañía Grumelot en el Teatro de la Abadía, Curva España de Chévere en los Teatros del Canal, Diálogo del amargo en el Teatro Español, El otro de El Desván Producciones en el Fernán Gómez

Es cierto que algunos municipios de la Comunidad de Madrid y de España ya estaban cancelando funciones y había compañías y distribuidores que ya habían visto un cambio sustancial en el panorama que les esperaba para esa primavera. Pero entonces llegó la semana fatídica, en que gran parte de la profesión teatral española y madrileña estaba pendiente de la vigésimo sexta edición de Dferia (la feria de teatro de Donosti, en el País Vasco), celebrada del 9 al 12 de marzo de 2020. Dferia es una de las más importantes ferias de teatro en España, y ya se sabe que en las ferias se deciden bastantes programaciones de las temporadas siguientes… Mientras muchos trabajadores de las artes escénicas se daban cita en Donosti, el virus se hacía imparable, y Madrid estaba a punto de colapsar; y también España. El lunes 9 por la tarde se decidió que el martes sería el último día de colegios en la capital. Y ese mismo martes 10 los programadores de los municipios de la Comunidad de Madrid que estaban en Dferia recibieron llamadas de sus ayuntamientos respectivos informándoles de que estaban barajando cancelar toda actividad no esencial, así que tuvieron que ir pensando en dejar Donosti y volver a sus pueblos para organizar las agendas de sus teatros, pues el teatro, como actividad no esencial, iba a verse afectado. También estaban pensando en volverse a su tierra los responsables de la programación de otras comunidades autónomas, incluso a algunos ya les habían comunicado la cancelación de la programación de marzo y abril, adelantándose a lo que estaba por venir. Hubo programadores que trataron de reprogramar lo cancelado esas semanas para mayo, un par de meses después, pero poco más tarde también tuvieron que cambiarlo de fecha para más adelante, porque, como se vio, en mayo aún seguíamos metidos en casa.

El miércoles 11 de marzo, en Madrid, se hizo el ensayo general con público de Traición en el Pavón Teatro Kamikaze, que debía estrenarse el jueves 12, pero ese estreno no se llegó a producir. Cerrar esa semana ─unos días antes de las medidas que impuso el gobierno desde el sábado 14─ fue una decisión de responsabilidad por parte de los teatros. Así, en los teatros madrileños se quedaron paralizadas las funciones de espectáculos estrenados unos días antes, como los ya mencionados Delicuescente Eva, Curva España, Diálogo del amargo, o El otro y también las que habían estrenado en febrero, como Los días felices de Beckett dirigido por Pablo Messiez en el Valle Inclán, Naufragios de Álvar Núñez de José Sanchis Sinisterra dirigido por Magüi Mira en el María Guerrero, Antropoceno de Thaddeus Phillips en la Abadía… Y también, por supuesto, se vio afectada la programación de los teatros más comerciales, con espectáculos que llevaban años en cartel, como Toc Toc, Burundanga o La llamada, y los grandes musicales, como El rey león, Anastasia, Billy Elliot, Ghost y La jaula de las locas… Perdimos también la posibilidad de despedir lo poco que quedaba de programación de Mateo Feijoo, el anterior director de las Naves del Matadero (del Ayuntamiento de Madrid), en el espacio que había dirigido los últimos años, al que había llamado Centro Internacional de Artes Vivas.

El Festival Teatralia de la Comunidad de Madrid, un festival de artes escénicas para niños y jóvenes, que debía celebrar su edición 2020 desde el 6 al 29 de marzo, se terminó con las funciones para escolares el día 10, es decir, duró únicamente 5 días. La compañía canadiense La marche du crabe, que estaba programada dentro de Teatralia, había montado su espectáculo Le mobile en la Sala Verde de los Teatros del Canal (dependientes de la Comunidad de Madrid), y como se decidió que ya no iba a entrar público a los Teatros del Canal esa semana, el espectáculo fue retransmitido a puerta cerrada en Youtube y de forma gratuita la tarde del miércoles 11 de marzo, ya que la compañía lo tenía todo listo para hacer la función… Esa retransmisión se convirtió, sin habérselo propuesto, en el primer streaming de la pandemia… Y al streaming dedicaremos más adelante un largo capítulo.

El gobierno decretó el estado de alarma, que incluía un confinamiento domiciliario, el sábado 14 de marzo y todo se paralizó. Se acabaron los bolos, se acabaron las temporadas, se acabó ir a los teatros… En principio era para 15 días, pero enseguida se vio que no, que no se sabía hasta cuándo duraría el confinamiento. Las ilusiones de algunas compañías que por fin podían hacer funciones en la capital, como la ya mencionada Chévere en los Teatros del Canal, se esfumaron… Las ilusiones de los espectadores que por fin iban a ver el trabajo de compañías y creadores internacionales que tanto tiempo llevaban esperando (Angélica Liddell, Anne Teresa de Keersmaeker, Pippo del Bono, Peeping Tom o Baró D’Evel, todos ellos en los Teatros del Canal o Miet Warlop en las Naves del Matadero, o las compañías canadienses Les 7 doigts de la main y Barcode en el Teatro Circo Price), se desvanecieron… Y las escenografías de los espectáculos que estaban en marcha se quedaron en los teatros cerrados hasta mucho tiempo después…

Continuará…

@nico_guau

Cartel anunciador en el restaurante del Teatro Victoria Eugenia en Donosti en marzo de 2020 de espectáculos que iban a ser cancelados: Ramper, vida y muerte de un payaso y West Side Story

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