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Mientras tantoCrónica de un año teatral bajo la sombra del COVID (VIII) -...

Crónica de un año teatral bajo la sombra del COVID (VIII) – Programación de verano y otoño


(Aquí se pueden leer las anteriores entregas.)

Fiesta Corral Cervantes en julio de 2020 –
obsérvese la separación entre los grupos de espectadores

Volviendo al verano de 2020, que nos hemos ido demasiado por las ramas con esto del streaming… El Teatro Lara abrió su sala grande el día 8 de julio con Cádiz, que ya se había estrenado en la sala pequeña en noviembre 2019 y que era lo más sencillo y asequible para adaptar a la sala grande, además de ser una producción del propio teatro. Abrieron con un aforo del 75%, pero en aquellos momentos no era obligatorio bloquear las butacas contiguas a las vendidas, así que posteriormente hubo que reducir el aforo, que iba variando en función de si las ventas eran en grupos de una o dos butacas o de más, y llegó a bajar hasta el 62%. A la semana siguiente reestrenaron en la sala pequeña otros dos espectáculos: Sueños de un seductor y Sidra en vena.

Mientras tanto, en julio en los Teatros del Canal se recuperaba algún título que se había cancelado durante la primavera, como Renacimiento de La Tristura, Corpus de Xavier Bobés, La desnudez de Daniel Abreu, Gran Bolero de Jesús Rubio Gamo, Please Please Please del trío formado por La Ribot, Mathilde Monnier y Tiago Rodrigues, Todas las cosas del mundo, de Armadillo… También se pudo programar en espacios tan alternativos como el sótano de un hotel, donde se hizo una curiosa versión de Las criadas llamada Criaturas domésticas, que vuelve a estar en cartel esta primavera de 2021… Y también comenzó por cuarto verano consecutivo la Fiesta Corral Cervantes, con una variada programación de teatro clásico, pero se inauguró algo más tarde de lo previsto.

En agosto se programó una extensión de Teatralia llamada Teatralia Circus, en Madrid capital y en algunos municipios, con espectáculos de calle, y más tarde, en otoño, se programaron algunos de los espectáculos de Teatralia cancelados en primavera. También en agosto se celebró la 24ª edición de la Feria de Teatro de Castilla y León, que se hace siempre en Ciudad Rodrigo (Salamanca), y en septiembre la 34ª edición de la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca, ambas con menos público y profesionales que otros años, por las restricciones de aforo. Y otro evento que también congrega menos público de lo habitual es la gala de los Premios Max, celebrada en el Teatro Cervantes de Málaga el 7 de septiembre.

Patio de butacas del Teatro Cervantes de Málaga en la gala
de los Premios Max de 2020 –

abajo detalle de la foto para contar las butacas vacías  

Al comienzo de la nueva temporada, en septiembre, se estrenaron o se recuperaron en Madrid algunas de las obras que se deberían haber estrenado en primavera, como Traición en el Pavón Teatro Kamikaze, Otoño en abril de La Belloch en el María Guerrero (junto con el montaje ya veterano de Verano en diciembre), El vergonzoso en palacio en el Teatro de la Comedia… En el Valle Inclán se repuso el montaje de Los días felices, que sí que había llegado a hacer alguna función. Y reabrió también el Teatro Español, con Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban) en la sala grande y Contarlo para no olvidar en la pequeña, un montaje también cancelado en primavera. Y otro espectáculo que también venía de primavera y se acabó estrenando en septiembre fue Suspensión, de Nueveuno Circo en el Teatro Circo Price.

En el María Guerrero en octubre también se estrenan dos que venían de las cancelaciones de primavera, Transformación, y El chico de la última fila, y en el Español, Ambiente familiar (Mínimo 2 noches), que se tenía que haber estrenado en junio. Y fue el mes de otro Festival de la Comunidad de Madrid, el Festival Surge Madrid, que se solía celebrar en mayo, pero ya se había decidido en enero de 2020 trasladarlo a otoño. Con este festival abrieron las salas pequeñas que aún permanecían cerradas, como Cuarta Pared o Pradillo. Ese octubre fue un poco extraño en Madrid, porque llegaron los cierres perimetrales de barrios y los teatreros hacían las funciones pensando que tal vez al día siguiente les cancelarían…

Pero además de los miedos por los cierres perimetrales y las devoluciones de entradas a espectadores que vivían en barrios confinados, algunas funciones tuvieron que parar momentáneamente porque algún miembro había dado positivo en COVID o había estado en contacto con un positivo… Y esto podía pasar tanto con los intérpretes como con las maquilladoras, las sastras, los técnicos… Así, desde septiembre hasta ahora, han tenido que parar unos días unas cuantas funciones: Los días felices, Tribus, Siempreviva, Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach (que se retoma incluso con una sustitución)… Hubo una que no pudo retomarse, Sueño de una noche de verano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, porque se llegó a la fecha de la última función prevista sin haberse solucionado el problema. Hubo una que tenía programadas solo cinco funciones, Realidad, de Galdós, en los Teatros del Canal, y el mismo día del estreno, el 17 de febrero, se tuvo que cancelar, y unos días más tarde se reprogramó para abril de 2021. Hubo funciones cuyo estreno se retrasó porque el virus impidió ensayar, como Siempreviva, o El salto de Darwin, ambas en Matadero. Hubo funciones que por extraños motivos, quizá un falso positivo, se cancelaron un día, pero volvieron al día siguiente, como El bar que se tragó a todo los españoles. Pero, en líneas generales, se cancelaron muy pocas, es decir, el teatro iba consiguiendo sobrevivir… Aunque todo esto sí nos enseñó a estar alerta. Las devoluciones del dinero de las entradas y los cambios de última hora han estado más a la orden del día que nunca. Uno puede hacer planes y luego todo se puede trastocar. Estamos aprendiendo a relativizar las cancelaciones…

También se canceló programación internacional, como La gioia de Pippo del Bono que había sido reprogramada en Teatros del Canal de primavera de 2020 a febrero de 2021, y alguna otra función que provenía del extranjero. Dentro del Festival de Otoño, en noviembre de 2020, se cancelaron Tous des oiseaux de Wajdi Mouawad, Ion de Christos Papadopoulos, Untitled Dances de Alex Baczyński-Jenkins y Una costilla sobre la mesa: Padre, de Angélica Liddell; los tres primeros fue por complicaciones de viajes debido a la pandemia, y el último por un problema interno de la compañía. Y es que, además del COVID, el teatro está expuesto a todo tipo de vicisitudes…

El Festival Temporada Alta se celebró con algún altibajo, pues cuando se cerraron los teatros en otoño en Cataluña, tuvieron que reinventarse (ya hemos comentado cómo funcionó su programación digital). Uno de los espectáculos que se debería haber visto en noviembre en Temporada Alta (tras haber hecho dos funciones ya en España en el Festival de Otoño en Madrid) era Molly Bloom, de Jan Lawers, interpretado por Viviane de Muynck, toda una institución en Bélgica, pero se vio retrasado a diciembre por el cierre de los teatros. Además, como tampoco se había podido estrenar en Francia debido al cierre de los teatros en el país vecino, acabó siendo estreno mundial en el Festival de Otoño.

En el Festival de Otoño de Madrid, que se celebra en noviembre, se reprograman también obras canceladas en primavera, como Una costilla sobre la mesa: Madre de Angélica Liddell, Hoy puede ser mi gran noche de Teatro en Vilo, La plaza de El conde de Torrefiel… Y ante la posibilidad de un nuevo confinamiento y cancelación de todo el festival, se hace una de programación online bastante completa, ya comentada anteriormente. Por supuesto, todo ello se hace confiando en que, si se ordenaba un nuevo confinamiento, se permitiría al menos a los equipos de las funciones ir al teatro y hacerlas, para poderlas emitir por streaming.

Continuará…

 @nico_guau


Cartel de la Feria de Ciudad Rodrigo 2020, con mascarillas

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