Se estaba enamorando de una forma de vida.
Antes caminaba por un lugar, vio un perro corriendo, las orejas altas, rápido.
Ella salió de la casa y preguntó si había visto…
— ¿Viste un perrito por esa calle?
— ¿Uno bonito y chiquitujo?
— Sí.
— Sí, corría hacia allá.
— Gracias. A ver si logro alcanzarle.
*
— ¿Adónde vas?
— Voy (iba) a comprar.
— ¿Vienes conmigo, a ver si llegamos antes de que se meta en los campos de centeno?
Se estaban enamorando de una forma de vida.
*
No lograron alcanzar al perrito, se internaron en uno de los campos de centeno, siguieron el rastro e hicieron avioncitos de espigas.
Miraron hacia delante y, sin más, se dieron las manos.