Acaba de llegar a las librerías Plegaria en el asedio, de Damir Ovčina. En esta novela nos cuenta la historia de un joven atrapado en Sarajevo durante la guerra y el posterior asedio de la ciudad. Tras el éxito conseguido en su país natal ha sido traducido al alemán y al esloveno. Ahora empiezan a llegar otras que estaban pendientes, esta última (magnífica) es de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek. Con un estilo directo y una personalidad arrolladora, su prosa no deja a nadie indiferente: ¿Es una ametralladora? ¿Es una batería de free jazz? Afortunadamente, sus oraciones desacompasadas no siguen moda alguna ni patrón aparente, nos dejan sin resuello. Desde luego no es una lectura fácil, pero eso nunca fue el objetivo. Hablamos con él antes de su viaje promocional a España.
Buenas tardes, Damir. Lo primero de todo, ¿qué tal estás? ¿Cómo está la situación en Sarajevo estos días?
Yo estoy bien, gracias. La situación en Sarajevo fue muy difícil al principio de la pandemia, no había vacunas y la gente estaba desesperada. Ahora está mejor, tenemos más vacunas de las que necesitamos.
¿Por qué decidiste escribir este libro veinte años después de la guerra?
Yo siempre quise escribir y este ha sido un proceso largo, no solo el de encontrar sobre qué quería escribir, sino también cómo hacerlo. Ha habido mucha experimentación, a veces el material, la realidad, no responde y he tenido de encontrar una forma nueva de narrar, distinta.
¿Cuánto hay de autobiográfico en esta novela?
Al principio todo era ficción, ya no estoy seguro (risas).
Según Jonathan Franzen ”la ficción más autobiográfica requiere una invención pura”. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
Me gusta la cita y estoy de acuerdo con ella. Los personajes en la novela se hicieron
fuertes y, como escritor, tuve que seguirles. La literatura no puede ser solo un reflejo de la vida, descansa en ella, pero cuando escribo exploro eventos y situaciones parecidas a las que me podrían haber ocurrido. Yo utilizo la realidad, pero cavo más hondo y voy más lejos, intentando comprender su complejidad.
En aquella época, durante el asedio, tú eras un adolescente viviendo en Sarajevo, ¿verdad?
Sí, no me atrevería a escribir otra historia que no fuera la mía. El libro se basa en aquella experiencia y escenario.
Mucha gente de tu generación dejó Bosnia durante la guerra, tienes amigos que lo hicieron. ¿Han vuelto? ¿Tienen intenciones de volver?
Sí, la mayoría se fueron. Muchos emigraron a Alemania o América, algunos a Suecia. Fue muy común en la gente de mi edad, empezaron una nueva vida y ahora solo regresan de vacaciones, durante el verano.
¿Cómo es la situación política y económica en Bosnia en la actualidad, está mejorando?
Este momento es el peor desde después de la guerra, está empeorando. Hay muchas
tensiones, incluso la gente habla abiertamente sobre la posibilidad de una guerra. Aunque nadie sabe qué es lo que va a pasar. Muchos piensan que en caso de apuro Europa o América van a intervenir y solucionar nuestros problemas. Yo soy escéptico al respecto.
¿Qué piensas del nacionalismo y los posibles paralelismos entre Bosnia y España?
Las ideas son bastante similares, aunque aquí el nacionalismo se parece todavía más a una enfermedad, está en oposición a elementos culturales o históricos. Puede ser peligroso en cualquier lugar, lo maldito tiene mil formas. No conozco bien España como para hacer una comparación, pero estoy seguro de que la sociedad allí es más fuerte que en Bosnia, está más apuntalada. De cualquier forma, los problemas del mundo no están resueltos y no lo estarán, nunca será un lugar seguro y predecible.
En tu opinión, ¿Cuál sería el adjetivo para describir el panorama en Bosnia? ¿Enfadado? ¿Inestable? ¿Esperanzador?
Enfadado, para mí y el mundo que me rodea.