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Pasa a veces que es como si alguien te chupara la energía. Es raro. No es que estés cansado, o indispuesto. O quizá también. Pero lo que prima no es eso. A todo se antepone una suerte de vacío, como el balón de fútbol desinflado, que sí, que rebota, pero menos.
Pasa así, hoy.
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Sine, sole, sileo
(sin el sol enmudezco)
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Sum si sol sit
(soy si hay sol)
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“toda la noche aprendí a escuchar el ruido de las sombras
En la oscuridad”
Alberto Szpunberg
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“En la pared la sombra.
Si me acerco
Se aleja.
Me quedo quieto
Y a esa distancia
Me duermo
De pie”.
José Luis Jover
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No es sueño. Ni su carencia. Ni ansia (ni despreocupación).
Es un abatimiento suave, que, sin embargo, adormece, dulce, lánguidamente.
Y que solo me permite soltar estas pocas palabras, algunas de ellas (las más) robadas a los libros caídos de la torre de marfil del escritorio, blanco, pero no inmaculado. Un escritorio que ahora calla, ahíto y candoroso…. y solo escucha a Val Jeanty…
