a buen resguardo de un sol bravucón y pulverizador de neuronas
encuentro acomodo en un rincón de cierto lugar cuyo nombre
sin que lo sepa ninguno de los comensales, honra a Juan Rulfo
me refiero al único guion que el gran y taimado maestro
escribió para el cine y que nunca se filmó
(no confundir con el engendro de 1964 basado en la versión
que hicieron esos dos cuatachos del llamado boom/boom/boom
los siempre sonrientes y siempre galantes Gabo y Fuentes
cuya amistad era, si acaso, de dientes ‘pa afuera, lo que quiera que eso
signifique según la proverbial y perversa sabiduría mexicana)
yo solo tengo ánimo para refrescarme
se equivocan quienes se refieren a esta ciudad como una jungla
es más bien un polvoriento y mugroso desierto
pura pinche naturaleza muerta: empezando y terminando por sus depravados habitantes
(con la única excepción de París, que yo sepa en Londres Los Angeles Tokio Delhi Beijing São Paulo New York Buenos Aires Estambul, nadie o casi nadie
sale a la calle con el único propósito de atentar en contra de sus semejantes)
antes de pedir un tequila rascuache y una cerveza tibia
la sed me impone ordenar un 7/Up, lo pido salido del congelador
por favor joven, cómo no mi joven, nos chuleamos
el mesero y yo como si fuéramos los novios de antaño Gabito y Fuentes
glú-glú-glú desciende por mi garganta la célebre gaseosa lima-limón
no cabe duda que el 7/Up me sabe a infancia a memoria a lejos
a mundos perdidos y recuerdos escurridizos: bendito sea dios
que otros se afanen en recuperar el tiempo
yo ansío mantenerlo perdido a toda costa
incluso a costa de mi propia vida
la misma vida cuyo transcurso solo sirvió
para darme cuenta que todas esas damas sí eran de mi tipo
pero yo jamás y ni por error fui del suyo