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Mientras tantoEsto no es de teatro I – La librería

Esto no es de teatro I – La librería


OTRO.- Que esto no es de teatro.

YO.- ¿Y?

OTRO.- Pues eso, que no es de teatro.

YO.- Me apetece publicarlo aquí, y aquí se queda. Punto.

OTRO.- Vale, si te pones así.

El otro día entré en una librería de segunda mano. ¿Os digo cuál? No, venga, no os lo voy a decir. Pero mientras yo estaba dentro mirando libros de teatro (no hay sección de teatro, eso ya dice mucho de la librería, el teatro está desperdigado por los estantes), entraron dos mujeres de unos cincuenta y tantos, como la librera, buscando dos libros que al hijo de una de ellas le habían pedido en el instituto. La conversación fue más o menos así:

MADRE.- Hola, ¿te puedo decir dos títulos a ver si los tienes? Se los han mandado a mi hijo en el instituto.

LIBRERA.- Sí, dime.

MADRE.- El primero es [título 1].

No recuerdo cuál era el título. No era importante para lo que quiero contar. Lo importante viene ahora.

MADRE.- El otro es La metamorfosis, de Kafka.

LIBRERA.- ¿Adaptado?

Ahí viene la primera patada al intelecto, sobre todo por parte de una librera. ¿Adaptado? ¿Es necesario adaptar La metamorfosis para un alumno de instituto? ¿A qué se lo adaptamos? ¿A dibujos animados? ¿O es que la librera considera que el relato La metamorfosis está escrito en difícil, como dice Joan Carreras (con texto de Gabriel Calderón) en Historia de un jabalí, que se puede ver en el Teatro de la Abadía hasta el domingo 9? ¿Adaptar La metamorfosis? La metamorfosis, ¿unas pocas páginas con letra gorda necesitan adaptación para un alumno de instituto?

MADRE.- No lo sé.

LIBRERA.- ¿Alguna edición en concreto?

MADRE.- No tengo ni idea.

La librera, dio un rodeo para no acercarse a mí (tal vez porque yo para entonces debía estar echando chispas), y se agachó en una estantería que me quedaba a la derecha y cogió un ejemplar de La metamorfosis que le dio a la madre. No vi de qué edición se trataba. Pongo la foto del que tengo yo, de la editorial Alianza, los de colores en el lomo, que me gustan tanto.

LIBRERA.- Tengo este.

MADRE.- Gracias.

Entonces fue cuando intervino la amiga, que fue el detonante de mi cabreo, y el motivo de que saliera sin comprar.

AMIGA.- Qué asco.

MADRE.- Sí, desde luego es asqueroso.

AMIGA.- Es asqueroso.

MADRE.- Y yo me pregunto, ¿no hay otro libro mejor para animar a los jóvenes a la lectura que esta mierda?

AMIGA.- Es asqueroso.

MADRE.- Es asqueroso.

LIBRERA.- Sí, es asqueroso. A mí le lo hicieron leer y no me gustó.

MADRE.- A mí también me obligaron a leerlo y tampoco me gustó.

AMIGA.- Es que es asqueroso.

MADRE.- Es que les haces leer estas mierdas y luego de mayores no leen.

AMIGA.- ¿En qué asignatura le mandan estas mierdas?

MADRE.- Ni idea.

LIBRERA.- Es asqueroso. Pero, bueno, como habla de transformación, a lo mejor, si a los jóvenes les hablas de transformaciones…

No sé qué más lindezas dijeron, porque dejé el libro que iba a llevarme y salí corriendo de allí. Me fui al Teatro de la Abadía, al reestreno de Historia de un jabalí.


Joan Carreras en
Historia de un jabalí

Ya os he dado muchas pistas, lo mismo alguno ya sabe a qué librería me refiero.

Esto va para el hijo: espero que sepas llevar la contraria a tu cateta madre, devores con fruición La metamorfosis y aún pidas más.

Esto va para la madre: espero que tu hijo, cuando sea mayor, se parezca poco a ti.

Esto va para la amiga: eres asquerosa.

Esto va para la librera: no vuelvo a tu librería de mercadillo al peso.

Esto va para los que me lean: no os perdáis Historia de un jabalí o algo de Ricardo, escrita y dirigida por Gabriel Calderón, e interpretada por Joan Carreras, en el Teatro de la Abadía, hasta el 9 de octubre.

@nico_guau

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