El francés Maurice Béjart donó al Ballet de Tokio algunas de sus obras maestras para que su legado siguiera vivo. En la que será su representación número 700, raramente actúan en el extranjero, la compañía japonesa ha escogido esta obra, el Kabuki, y este teatro, el Alla Scala, para celebrarlo. Un tributo al coreógrafo que fue su benefactor