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Mientras tantoUcrania, sombras y luces en una Navidad sin tregua

Ucrania, sombras y luces en una Navidad sin tregua


Soldados ucranianos avanzan en primera línea de frente/ Agencias

Llegan y se van las Navidades con la velocidad supersónica de un misil que a su paso todo lo arrastra. Agitan conciencias e intensifican crueldades, porque ni en Siria ni en Irán ni en Ucrania las armas se acallan por las fiestas. 

De Ucrania precisamente quería hablar. Allí, en medio de este frío invierno donde los misiles escamotean la luz y la calefacción, la Navidad y resto de festividades resuenan doblemente. No solo por el contraste entre la esperanza y la inhumanidad de la guerra, sino también porque primero se festejan siguiendo el llamado «nuevo estilo» gregoriano occidental, y luego según el calendario juliano que siguen los ortodoxos y greco-católicos, que discurre dos semanas por detrás.

Hoy 7 de enero, por tanto, es la Nochebuena ortodoxa a la que el escritor ucraniano en lengua rusa Nikolái V. Gógol dedicó un maravilloso relato homónimo, en el que homenajea a su Ucrania natal. Se ha especulado mucho sobre una posible tregua para permitir a ambos bandos, ruso y ucraniano, celebrar esta entrañable fecha. De hecho, hay precedentes de treguas navideñas durante la Primera Guerra Mundial, o incluso en nuestra Guerra incivil española. 

Una esperanza alimentada por la Iglesia Ortodoxa rusa, en un mensaje el pasado jueves 5 de enero que llevaba la firma de su líder el patriarca Kirill: 

«Yo Kirill, patriarca de Moscú y Toda Rusia, pido a las partes implicadas en este conflicto interno que decreten un alto al fuego y respeten una tregua navideña desde las 12 h del 6 de enero hasta la medianoche del 7, para que la población ortodoxa pueda acudir a misa». 

En seguida el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, salió a escena confirmando esta supuesta tregua:  

«Teniendo en cuenta la petición del patriarca Kirill, insto al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, a poner en marcha un alto el fuego en toda la línea de frente el 6 de enero a partir de las 12.00», declaró el Kremlin en un comunicado.

Lamentablemente, el escepticismo con el que el gabinete del presidente Zelenski acogió sus declaraciones ha sido profético, con constantes ataques de ayer día 6 a las ciudades de Bajmut, Soledar y Kramatorsk, las tres en la región de Donetsk. Además, las alarmas antiaéreas sonaron por todo el país, siendo el óblast´o provincia de Luhansk otro epicentro.

Claro está que el ejército ruso vivió una convulsa Nochevieja, viendo cómo el cuartel «secreto» de la conquistada Makiivka saltaba por los aires y por lo menos 89 soldados fallecían durante un bombardeo ucraniano. No obstante, Kíev elevaba a 400 la cifra de muertos, la mayoría reclutas novatos de la región de Sámara. Si bien sigue sin saberse el número exacto de bajas, lo cierto es que cometieron el error de congregarse en una base que se halla junto a un arsenal, obligados a ver la retransmisión del discurso de fin de año de Putin. A pesar de que algunos se opusieron por el grave riesgo que implicaba, el comandante del batallón, Roman Enikieyev, respondió que las órdenes eran estrictas. Así lo atestigua uno de los supervivientes, Anton Golovinskiy, soldado del 44º regimiento de Samara, en una entrevista grabada en el hospital que se ha hecho viral en Internet. 

Pero ¿cuál es el día a día de la población en medio de los combates? ¿Y cómo podemos ayudarles?

La catedral católica de San Nicolás (Kíev), iluminada estas Navidades con motivos nacionales. Foto: S. Hravobetska

Se prolonga al invierno la campaña Apadrina un niño en Navidad

La infatigable ONG Con Ucrania organiza transportes al orfanato de Bucha, la localidad tristemente famosa por los crímenes de guerra rusos, y la ciudad sitiada de Jerson. Se necesitan medicamentos, pañales, generadores, mantas eléctricas, alimentos no perecederos… que se recogen durante el fin de semana en Madrid previo aviso. Por suerte, este programa de acogida y transporte de bienes de primera necesidad empieza a dar sus frutos.

De hecho, una vez por semana sale un camión repleto de ayuda destinada a los niños y las personas con problemas de movilidad. Para una información más detallada sobre el proyecto y sus resultados, no dejen de acceder al siguiente enlace:

https://conucrania.com/2023/01/04/los-ninos-apadrinados-han-recibidos-sus-regalos/

Pokrovsk y Bajmut, vivir en la linea de fuego

¿Recuerdan la entrada anterior de este blog? Entre otros éxodos, narraba la odisea de Katya, la madre coraje que huyó a Polonia con su hijo al principio de la guerra. En agosto, Katya y su pequeño volvieron a Donetsk por su marido y sus padres. Desde entonces, ni yo ni la familia lituano-polaca que la acogió nos la podemos quitar de la cabeza. Miro el teléfono por Nochevieja, son ya 3 días que Katya está sin conexión, comentamos aterrorizados sus allegados.

Soldados ucranianos estas Navidades en el frente, cerca de Jerson. Imagen: agencia Magnum

Y de repente, el milagro: vibra el teléfono, fotos y mensaje de Katya, a solo 25 kms. del frente este:

«Nos va bien, estamos en casa, bueno si se puede decir así, en un piso alquilado en Pokrovsk. En el nuestro viven mis padres. Ellos no tienen dónde volver, su casa en Bajmut está destrozada, se quedaron sin hogar. En Pokrovsk ayer conectaron el gas, pero con constantes cortes de luz. Donde mis padres no hay gas ni calefacción, se calientan con chimeneas. En toda Ucrania hay graves problemas de electricidad. Hace frío en las casas, no da tiempo a calentarlas. Es más raro que haya luz a que falte. Pero en fin, mis padres vivieron en Bajmut dos meses bajo los bombardeos, sin nada de luz ni agua. Uno es capaz de adaptarse y se puede aguantar todo… ¡si al menos no atacasen!

El 21 de diciembre celebramos juntos el cumpleaños de nuestro hijo Bohdan, que cumple 10 años, y nos despejamos un poco… »

Ante mi alivio y sorpresa, me manda unas alegres fotos familiares de la celebración, con pizza, tarta y velitas.

Entre Kíev y Leópolis, Navidades nómadas

«Nuestra familia lleva medio año en Kiev —me escribe mi amiga y compañera de estudios Maryana, profesora universitaria—. Pero ahora volvemos a Leópolis. Todo está muy difícil, la semana pasada la pasamos sin calefacción ni luz. Los niños y nuestros mayores se estresan, pero se ayudan mutuamente. Hay pequeños comercios abiertos en Kíev, donde podíamos comprar generadores de electricidad y abastecernos de café y té. 

Lo peor es cuando se oyen las explosiones, ya tuvimos ataques con proyectiles y misiles por San Nicolás. No obstante, los niños siguieron yendo a la escuela y nosotros trabajando, hasta las vacaciones navideñas. Simplemente, corremos al refugio cada vez que suenan las alarmas y nos alegramos de estar vivos».

Sé que Maryana y su familia acabaron las obras de su casa en Kíev justo antes de que el pasado 24 de febrero se declare oficialmente la guerra. Me asalta la duda, ¿sigue su piso en pie? ¿Por qué se van ahora? ¿O será mejor ni preguntar? 

«Se me olvidó contarte que, por suerte, nuestro casa continúa en buen estado. No es así por todo el barrio, en los bloques vecinos están reformando ventanas desencajadas y rotas. Fue en marzo cuando los proyectiles impactaron muy, pero que muy cerca nuestro, destruyendo completamente la piscina y el gimnasio, así como el cercano centro comercial». 

Maryana me desea una Feliz Navidad mandando vídeos del concierto navideño en el Monasterio de San Basilio el Grande en Kíev. Increíble que, en medio de los ataques, este templo greco-católico haya organizado semejante velada para sus fieles. Una chispa de humanidad en medio del horror.

Concierto navideño en la Iglesia greco-católica de San Basilio el Grande, Kíev. Foto cedida por los padres basilianos.

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