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¡Paz!


(Dedicado a los presidentes de Ucrania y Rusia, a los gobernantes de los países occidentales, a la Unión Europea y OTAN, a Estados Unidos y a tantos otros gobernantes  en conflictos bélicos que asolan nuestro planeta.)

Fotografía: Pedro Pozas Terrados

Sola. Triste y abandonada. Cobijada en un árbol que ha perdido sus hojas de tanto llorar, se encuentra la paloma blanca de la Paz. Nadie la mira. Muchos la odian y otros hacen por no verla aún estando presente en todas las miradas. Mira al vacio, desolada. No brilla. No canta. Está cansada de tanto volar ante una humanidad que la da la espalda. Sueña con un mundo en armonía con el entorno, en sonrisas y alegrías en lugar de muertes y dolor ensangrentadas.

Es paciente, pero la tristeza recorre su cuerpo ante la amarga realidad de un mundo hundido teñido de violencia ciega e interesada.

Pero ahí sigue, para quien quiera extender su mano, para quien abra su corazón y de nuevo con fuerza pueda brillar la paz con amor.

No te rindas. El árbol donde te posas ha derramado sus hojas de lágrimas y ya sólo le queda la savia que recorre su tronco y las ramas de la esperanza olvidada.

Resiste, tal vez un día el sol ilumine la razón y los cañones y tanques se conviertan en ramos de flores para llenar las tumbas de perdón y olvido. Tal vez un día o al menos eso sueño, que la energía de los que amamos la libertad y la vida, sea la única bandera que ondee en nuestros corazones y formemos todos juntos una gran comunidad de iguales.

Vuela muy alto, mensajera blanca, por montañas y mares. Que el mundo al verte vean tu hermosura. Que nadie quede indiferente ante tu tenacidad por buscar la  armonía entre los pueblos. Solo tú eres capaz de llegar al alma de los que deciden guerrear y matar en lugar de dialogar. De los que por diversos intereses están ciegos y llevan a su pueblo al sufrimiento y muerte.  Eres la única en abrirles los ojos que los tienen ciegos, para mostrarles la locura de lo que han logrado poniendo en peligro a la humanidad donde nadie saldrá triunfante y todos perderemos retrocediendo en el tiempo el camino conquistado de la dignidad.

Sé que es un trabajo difícil, un vuelo arriesgado ante tanto dirigente y comentarista televisivo que fomenta ante la opinión pública la guerra y el belicismo, apoyándolo con acciones y entrega de armas. Pero has de ser fuerte. Confiar en tu vuelo y en las adversidades de un planeta revuelto.

Enséñanos que el futuro de nuestra especie ha de forjarse con una sola palabra: PAZ.

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