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BrújulaEstos también son los rostros de la guerra. ‘ABC’ en la Primera...

Estos también son los rostros de la guerra. ‘ABC’ en la Primera Guerra Mundial

La fotografía es el arte de mirar. El fotógrafo es aquel que se fija en esos detalles, en esas escenas, que cuentan la historia que tiene delante. Es complicado, si lo pensamos detenidamente, explicar lo que acontece con una sola imagen. Y más aún en el caso de la fotografía de guerra. ¿Cómo se abarca, en pocas fotos, una realidad semejante? Es lo que la exposición Sin novedad en la guerra quiere mostrar al recopilar una selección de portadas del diario ABC durante la Primera Guerra Mundial.

La complicación del foto-periodismo no viene, realmente, por el límite del formato –“es una foto fija, no un vídeo”, “es como narrar una noticia en un tuit”, pensarán algunos–. Lo difícil es desarrollar la sensibilidad necesaria para saber que eso que se tiene delante, eso que se fotografía, cuenta con dos aspectos fundamentales: la suficiente carga noticiosa como para ser publicado –saber distinguir entre qué es importante contar y qué no– y componer la fotografía de tal manera que el mensaje quede claro.

Para Juan Manuel Barceló, profesor de Tecnología de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y uno de los organizadores de la exposición, dice en una entrevista realizada por Manuel Tapia Zamorano: “la imagen como tal ha perdido valor noticioso”. Una declaración así es interesante, considerando el mundo tan audiovisual en el que vivimos. Y sin embargo, valdría la pena hacer el ejercicio consciente de pensar ¿cuántas imágenes de la guerra en Ucrania vemos –o hemos dejado de ver– al día?

Frente a las portadas de los periódicos de hoy, compuestos por retazos de la realidad, aparentemente inconexos, y titulares que parecen gritar cada uno más fuerte que el otro para captar la atención del lector, las portadas de esta exposición presentan un diseño simple pero armonioso: la cabecera del periódico, pies de páginas escuetos pero informativos y fotografías grandes donde la realidad habla por sí sola.

Barceló asegura, en la entrevista publicada en la página del Departamento de Periodismo y Comunicación Global de la UCM: “Ahora no vemos tantas fotos de las guerras en los medios. Sólo se muestra lo extraordinario desde algún punto de vista, como si muchas facetas de la guerra no merecieran nuestra atención”. Hoy, la prensa se mueve cada vez más en un péndulo peligroso entre la espectacularización de la guerra, con todo el morbo que eso implica, y la frialdad del dato objetivo donde se dan números de bajas como quien habla de cambios de temperatura. La constante actualización de contenidos parece haber vencido la necesidad de reflejar la realidad humana en la que vivimos. Hay, sin embargo, algunos que resisten. Aún hay alguna mirada que nos engancha, alguna palabra que nos mueve, alguna entrevista que nos sacude o algún reportaje que nos hace reflexionar.

Encontrar la humanidad retratada no solo se trata de contar con grandes fotógrafos como los escogidos por ABC para sus portadas, sino de crear una conciencia en el medio que publica las fotos para darles el espacio que se merecen. Diseñar las portadas como lo hacía el diario ABC era una decisión editorial, una decisión comprometida con la verdad. ¿Cuántos medios están comprometidos con la verdad, no con lo que más vende, hoy en día? Por eso, el profesor Barceló rescata que, si bien las portadas expuestas no cuentan con fotografías “en primera línea de frente, ya que por limitaciones de la cámara, el trípode y el flash hubiesen quedado expuestos al fuego enemigo” las que se conservan de la retaguardia y los destrozos también forman parte de la realidad de la guerra. También son valiosas por lo que cuentan de cómo se vivía el conflicto más allá de lo que sucedía en pleno combate. Un soldado herido con una cesta de flores, un hombre escondido en un tronco hueco, soldados que improvisan una obra de teatro frente a una iglesia que se cae a pedazos, un hombre que anda a ciegas, con la cabeza tapada, camino a ser ejecutado, un cadáver sobre la rama de un árbol, hombres que desfilan por los bordes de la trinchera poniendo alambre, otro tendido en el suelo hablando por teléfono, los elefantes en el frente, la mirada del zar arrestado, las enfermeras que posan con tuberculosos, un soldado alemán dándole de comer a un niño francés… Estos también son los rostros de la guerra.

Cuando vemos una fotografía se nos suele olvidar que alguien la tomó. Alguien tuvo que estar parado allí, presionando el obturador, para capturar dicha imagen. Y ese alguien no solo debe saber componer, también debe saber hacerlo estando alerta: ante el peligro de la zona de conflicto y ante la realidad que se le presenta. Ese alguien, ese fotógrafo, ese reportero, debe tener una mirada sincera. Debe dejarse conmover por lo que pasa frente a sus ojos. Solo una mirada conmovida genera estas imágenes, escribe estos pie de página y diseña estas portadas que, más de cien años después de su publicación, llegan a nosotros gracias a esta exposición.

 

Donde: Pasillo del Decanato de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

Cuándo: Hasta el 31 de mayo.

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