El admirable Jornal de Letras, Artes e Letras le dedicaba el pasado 31 de mayo su tema de apertura a Madalena Azeredo Perdigão (1923-1989), figura señera de la cultura portuguesa de la segunda mitad del siglo XX tanto en el panorama musical, la enseñanza del arte, las exposiciones y el teatro sobre todo desde la Fundación Calouste Gulbenkian y el Centro de Arte Moderna (CAM). Con el título de Vamos correr riscos (Vamos a correr riesgos), la exposición comisariada por Rui Vieira Nery y Inês Thomas Almeida celebra en la propia Gulbenkian el centenerio de su nacimiento. Entre los muchos comentarios recogidos en el Jornal de Letras, la ensayista Yvette Centeno recuerda a “aquella señora” que le enseñó la magia de las matemáticas, y que “se convirtió en una fuerza conductora en un país pobre, envejecido, destituido de los valores de la educación que no llegaba a todos, como debía ser, y mucho menos de la libertad, de la democracia y del arte”. El comisario Vieira Nery destaca que su rasgo más destacado “fue haber identificado claramente, en cada momento, lo que hacía falta en la vida artística portuguesa”. El pianista Mário Laginha recuerda cuando se le ocurrió crear un grupo de diez músicos para celebrar un concierto d de jazz en agosto. Sin mucha confianza en su idea, le presentó la propuesta a Madalena Azeredo, que entonces dirigía el Servicio Acarte (Animación, Creación Artística y Educación para el Arte) en el CAM. Su respuesta fue: “Me gusta la idea. Vamos a por ello”. Y añade Laginha: “Era una mujer singular, adelantada a su época, con una gran pasión y un profundo interés por la cultura”. Concertista de piano desde joven, cuando una lesión le impidió seguir con su carrera musical, dijo: “Como ya no podía tocar, decidí dedicarme a hacer que otros tocaran”.

Dónde: Fundación Calouste Gulbenkian, Lisboa

Cuándo: Hasta el 20 de julio