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Frontera DigitalEl rey pálido (David Foster Wallace) y la porosidad de la frontera...

El rey pálido (David Foster Wallace) y la porosidad de la frontera entre ciencias y letras


Además, eché un vistazo a mi libro de texto de estadística empresarial y descubrí que se tenía que haber hecho cálculo matemático, y yo ni siquiera había hecho trigonometría; en el último año del instituto había cursado Perspectivas sobre el Teatro Moderno en lugar de trigonometría, y me acordaba bien de que mi padre me había apretado las clavijas por ello. En realidad, mi odio al Álgebra II y mi negativa a hacer más matemáticas después de esa clase suscitaron una de las discusiones más fuertes que oí que mis padres tuvieron en los años previos a su separación, lo cual es una historia bastante larga, pero recuerdo haber oído que mi padre decía que en realidad solamente había dos clases de personas en el mundo: a saber, la gente que entendía las realidades técnicas de cómo funcionaba el  mundo real (mediante las matemáticas y las ciencias, quería decir obviamente), y la gente que no las entendía, y a continuación oí que mi madre se enfadaba y se deprimía mucho por lo que ella consideraba la rigidez y la estrechez de miras de mi padre y le contestaba que en realidad los dos tipos básicos de personas eran la gente tan rígida e intolerante que creía que solamente había dos tipos básicos de seres humanos, por un lado, y por el otro la gente que creía que en realidad había toda clase de tipos y variedades de personas, cada una de ellas provista de dones únicos y destinos y caminos en la vida que encontrar y etcétera


Naturalmente el objetivo de este blog es suavizar la frontera entre ciencias y letras y disminuir el número de científicos que se refieren a las letras despectivamente y lo contrario, que ambas modalidades se dan. Pudiera pensarse en principio que este texto no ayuda a nuestro propósito pero no es así, piensen, por defender al padre, que yo creo que se enfadó no sólo porque no cogió Trigonometría, sino porque eligió una asignatura que no presupone nada bueno para un padre riguroso. Seguro que si hubiera cogido una signatura de letras más seria (Literatura, o algo así) no se habría enfadado tanto. Una asignatura llamada ‘Perspectivas sobre el Teatro Moderno’ le sugiere a mis prejuicios la presencia de un profesor calvo con coleta que habla de la importancia de expresar y canalizar los sentimientos e incluso la posibilidad de tener que comprarse unas mallas negras para expresarse mejor, como he oído que se hacía hace muchos años en un colegio del aljarafe sevillano

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