desencadenó un sueño que siempre voy a recordar
cansado del camino junto al río me siento en un banco, una libélula se posa en el respaldo
al borde
acerco la mano y se va, vuelve veloz, me acerco otra vez
poco a poco no volaba, se quedaba conmigo
poco a poco pude llegar a tocarle las alas, dos pares de alas que nunca había visto
poco a poco le toqué el cuerpo y me acerqué a sus ojos
observé de cerca -ojos nuestros con sus ojos compuestos- su cabeza
hubo una vez que voló y me sobrevoló y volvió con un insecto para comer, vi cómo masticaba y tragaba
devorado junto a mí
la libélula devoraba
me levanté y al querer tocarla desde arriba huyó y la vi alejarse hacia arriba y desaparecer entre las ramas y las hojas del árbol
y de noche
y de noche soñé que me encontraba con otro yo, igual, caminaba por mi calle y veía a otro igual a la derecha, no quería acercarme a él -a mí, iguales, yo- y me alejaba
reflexionaba
debo acercarme, dar la vuelta, ir
doy la vuelta y me acerco a mí, nosotros
empezábamos a hablar en el sueño y a despertarnos para poder recordar el sueño
relacionarlo con la libélula del anochecer
escribir todo para no olvidarnos de ellos
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