La galería cántabra Siboney y los cines Groucho, bajo la mirada crítica de Lidia Gil, que hace de comisaria, se convierten en una suerte de «proyector múltiple, de imágenes yuxtapuestas, varios operadores, y distintas pantallas en que se muestran estas imágenes cinematográficas. El acomodador que queremos ser en esta última sesión del verano». Desde aquella acomodadora melancólica de Edward Hopper, que a algunos nos recordaba al cine Bellas Artes de Madrid antes de la renovación, aquí volvemos al universo del cine con el que tantos hicimos nuestra paralela educación sentimental. Andrés Rábago (El Roto en otro ámbito de la realidad), Damián Flores, Serzo, Gómez Bueno, José Gallego, Manu F. Saro, Pejaj y Fernando M. Godoy vuelven al cine y lo hacen relevante, nos ayudan a volver a ver.