El último encuentro, de esta edición, en torno al Hotel Florida, ese icónico hotel soñado por Antonio Palacios, ha estado dedicado a la poesía: la lírica en la Guerra Civil, partiendo del taller de poesía #LdeLírica: la poesía en la Guerra Civil. Y es que un ambiente tan hostil como una guerra supo sacar su lado más amable… Al menos hasta que lo aniquilaron. La poesía, como ese verso que rima con la vida, logró meterse en el ambiente de la época, del mismo modo que intelectuales y corresponsales de todo el mundo, mientras cubrían la Guerra Civil Española, supieron encontrar en el Hotel Florida lo más parecido a un hogar. Un hotel que este año celebra 100 años desde el día en que abrió sus puertas: el 1 de febrero de 1924.
Esta quinta jornada sigue los pasos de unos encuentros por los que ya han pasado los escritos de Antoine de Saint-Exupéry y los de Ramón Lobo, así como la mirada de Iñaki Gabilondo y Jordi Évole, que nos explicaron cómo adentrarnos en una buena entrevista. Sin olvidar al propio Antonio Palacios.
La edad de Plata de la literatura, la Generación del 27 (y la edad de Oro de la literatura escrita por mujeres), fue un grupo poético fulminado por la Guerra Civil Española. Derechos conseguidos que se borraron de un plumazo con la llegada de Franco. Autores que dejaban atrás aprendiendo el Modernismo; por supuesto la Generación del 98, para crear una poesía nueva, influenciada por las Vanguardias: ultraísmo, dadaístas… Una superación de todo lo anterior para describir su país de otro modo, con otra mirada totalmente diferente. Luis Cernuda, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Juan Ramón Jiménez… Y ellas, las ‘Sin Sombrero’. Pintoras como Maruja Mallo; escultoras como Marga Gil Roësset; escritoras como Lucía Sánchez Saornil, Zenobia Camprubí, María Zambrano, María Teresa de León, Concha Méndez… Todas ellas borradas, exiliadas (ya sea en el exterior o en el exilio interior), que las hicieron desaparecer.
Gonzalo Escarpa, director de @laboratoriodecreacion, el Máster de Creación Poética y el ciclo #LdeLírica, ha sido el encargado de recordar esa poesía rota por la guerra y el futuro Franquismo. Un repaso que nos recuerda que aún queda mucho por recordar. Y que nuestro único modo de salvar aquel desastre es: Leerlos. Leerlas.