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Mientras tanto‘Calderón’, free jazz

‘Calderón’, free jazz


Cartel de "Calderón" de Xavier Albertí
Cartel de «Calderón» de Xavier Albertí

Xavier Albertí usa los versos de Calderón para poner letra a la música de Bach

Calderón, la pequeña obra que combina la música de Bach con los textos del dramaturgo y poeta del Siglo de Oro español que da título a este espectáculo, es definida por Xavier Albertí, su autor y director como free jazz. En el sentido de que cada tarde, en la sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia, se tocan los mismos temas, pero la manera en que se tocan y el orden, son un poco improvisados. Como le broten a él que está que es el creador, director y pianista de este espectáculo.

No se puede negar que esta definición es muy atractiva. Sobre todo, para el tipo de propuestas que se hacen dentro del ciclo Diálogos de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). En el que se encarga a distintos profesionales hacer desde la contemporaneidad una producción que dialogue con el montaje que se puede ver en la sala grande de dicho teatro.

Esta vez, que dialogue con El monstruo de los jardines de Calderón. Comedia con la que la Joven Compañía de Teatro Clásico, bajo la dirección de Iñaki Rikarte, se está llevando el aplauso de la crítica y de un público que está agotando entradas.

La idea es reivindicar a Calderón de la Barca como el autor universal que es. Xavier Alberti la considera tan importante, sino más, que la de Shakespeare. Ya se sabe que este es el patrón oro de medida contemporánea de un clásico teatral, por la vigencia de lo cuenta. De tal manera, que sus obras se pueden ver en cualquier parte del mundo y en cualquier idioma.

Con esta idea en mente, crea una endeble historia basada en el enterrar y desenterrar de los huesos de Calderón. Y la pérdida de estos en dicho trajín. Excepto dos reliquias. Dos huesos de la mano que fueron separados para regalar. Y de los que uno se conserva en el Institut del Teatre de Catalunya.

¿Es ese hueso el que se usa en la obra y está punto de meter en una cazuela con unas cuantas verduras para hacer un buen caldo? ¿O se trata de un hueso de pollo que se usa para el juego teatral? Nunca se sabrá, ni se desvelará durante la obra. Tampoco importa, porque lo que interesa es desempolvar y quitar la caspa que se apropió de Calderón y que lo cosificó como un autor contrareformista y conservador.

Para ello se acude a sus textos, como ese poema a una curiosísima dama que muestra interés por su persona. Poco complaciente con el autor y el poeta, muy consciente de su humanidad, una humanidad que quiéralo o no huele.

Poema que se convierte en una suerte de letra improvisada para una pequeña composición de Bach que el actor Alejandro Bordanove canta de una manera muy contemporánea acomodando el verso y la voz a la música de Bach.

Uno se podría preguntar porque Bach y no otro músico. Está claro, en la reivindicación actual de la música barroca, este músico tiene consideración de estrella de rock. Es como el patrón oro frente al que medir al resto de músicos barrocos. De tal forma que hay Bach hasta en la sopa. No hace nada se pudieron escuchar en dos días casi seguidos su Pasión según San Mateo en el Auditorio Nacional de España.

Así que Xavier Alberti se pone al piano, como en un garito de jazz, que la Sala Tirso de Molina se presta a eso. El actor Alejandro Bordanove, se pone a su lado como un crooner. Y el ambiente, es decir, el humo con el que siempre se piensa en estos lugares, en vez de ser de tabaco, es el de una olla hirviendo en la que se hace un caldo.

Y entre músicas barrocas, a las que, como se ha dicho, se le ponen las letras de Calderón, y pequeñas historias anécdotas o historias relacionadas con este autor, va pasando la a penas hora y media que dura este espectáculo.

Un espectáculo del que se aprecia su intención. La de no ser una obra al uso de reivindicación de un autor. Pero que queda lejos del objetivo propuesto, pues se queda en poco más de un divertimento musical. Un juego musical sin más, escondido en un exceso de datos y coartadas culturales para connaisseurs, profesores de instituto y musicaheridos. Como ya fuera ese otro espectáculo que hizo para la misma compañía llamado Caravaggio, Veermer y Velázquez.

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