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Mientras tantoProyecto “Maestra Leonor”

Proyecto “Maestra Leonor”


Imagen. La escuela prácticamente terminada. Faltaría enyesar las paredes, pintar y afianzar el techo.

No ha pasado un año desde el anuncio del Proyecto “Maestra Leonor” que tenía por finalidad la construcción de dos escuelas para el pueblo originario Wichi, en la provincia norteña de Formosa (Argentina), cuando ya prácticamente se ha construido la primera de ellas en la Comunidad denominada “7 de junio”, situada en El Chorro de la mencionada provincia.

Debido al esfuerzo realizado por los integrantes de la Fundación phi que han donado 4.000 euros, más las ventas del libro “Abriendo camino” del autor de este reportaje, se han podido iniciar los trabajos de la primera de las escuelas con la mano de obra de los propios miembros de la comunidad.

Pasillo que une la escuela a la izquierda, con otra construcción que se utilizará también como escuela para otros grados.

Los materiales de obra son muy caros y más aún si quien los compra son miembros de comunidades indígenas. La situación de estos pueblos es lamentable y el total abandono por parte de las Autoridades de Formosa, un verdadero crimen contra los derechos humanos más elementales. No tienen acceso al agua, al trabajo, a tener un acceso a sus comunidades en condiciones ya que los caminos son de tierra y en las lluvias quedan aislados por falta de tener unas vías de comunicación con la capital en condiciones donde se puedan trasladar con rapidez en casos de urgencia. No tienen acceso a una sanidad necesaria, ni pueden comprarse los medicamentos que necesitan. Tampoco pueden ir al monte a recoger la medicina natural ya que les han expulsado de sus propias tierras para declararlas Parque Nacional de Pilcomayo. No son tratados como ciudadanos con derechos a pesar de tener su DNI en regla. Sus vidas están sumidas en la pobreza y sus jóvenes no tienen alternativa de futuro, ni se les concede trabajos dignos con los que salir adelante con sus familias. Esta es la triste realidad en la que viven estas comunidades indígenas a pesar de estar en sus tierras hace miles de años, antes de la creación de las naciones.

En las localidades de El Chorro o en María Cristina donde se construirá la segunda de las escuelas, tienen solamente un techo de madera, donde haga frío, calor, llueva o truene, estudian en la intemperie los niños de diferentes cursos, sin que puedan tener un cobijo más o menos digno en el cual poder ejercer sus estudios sin pasar calamidades atmosféricas.

Interior de la escuela construida, donde ya se está enyesando las paredes.

Es una vergüenza que tenga que realizarse Proyectos de este tipo cuando el gobierno tendría que ser el responsable de que sus ciudadanos, sean quienes sean, tengan sus necesidades educacionales, sanitarias, higiénicas, del consumo del agua y estructuras necesarias, cubiertas.

Mi agradecimiento profundo a los miembros y Junta Directiva de la Fundación phi, por el gran apoyo a este bonito Proyecto que por petición de Comunidad Wichi, se llamo “N´ochufwenhiaj-wo Leonor” en lengua Wichi, que traducido al castellano se llama “Maestra Leonor”,  en memoria y en recuerdo de una gran mujer muy querida en Tres Cantos (Madrid), que fue maestra del Colegio Antonio Osuna y nombrada a título póstumo por el Ayuntamiento de la citada localidad como “Mujer esencial 2019”. El nombre de las escuelas se llamará igual que ella “Leonor”.

Vista general de la escuela.

Félix Díaz, líder indígena del pueblo QOM y Elma Toledo, representante del pueblo Wichi, siguen luchando intentando poner en funcionamiento el Consejo Consultivo de los Pueblos Indígenas de Argentina que por ley tienen derecho a ser constituido y que por el momento se les ha denegado.

Aún faltan unos retoques en la primera de las escuelas, tapar con yeso el ladrillo, pintar más tarde las paredes, afianzar con más seguridad el techo, pero prácticamente la primera de las escuelas está construida gracias a los donativos y posterior esfuerzo de los propios hermanos de la comunidad. Por lo tanto, la mitad del proyecto se ha conseguido, es una realidad y aún nos queda el siguiente reto en María Cristina para conseguir los objetivos propuestos.

Los niños de la Comunidad “7 de junio” Wichi, están muy contentos junto con todos sus padres, de poder tener una escuela, un cobijo para que sus hijos estén resguardados estudiando tranquilamente, sin que las alteraciones climáticas puedan turbar sus trabajos.

Por mi parte, seguiré dando publicidad a este Proyecto para futuras donaciones y de las escasas ventas de mis libros.

No tenemos que olvidar nunca, que ellos son los principales actores para la conservación de la biodiversidad del planeta. Su cultura, sus pueblos, sus lenguas no deben perderse, tienen que ser protegidas más allá de la influencia de los propios estados. El genocidio lento y silencioso al que están siendo sometidos, es el preludio de nuestra propia decadencia, de nuestra incultura racista, en la que nos vemos abocados en un capitalismo abusivo y destructivo, desprovisto de los valores más fundamentales de la dignidad humana y con ansias de agotar los recursos naturales a sabiendas que son finitos.

La escuela a la derecha unida con la construcción de al lado que se utilizará también como ampliación de la escuela.

Los pueblos indígenas, con su sabiduría, son esenciales para enseñarnos el respeto a nuestra madre Tierra y es por ello, que sus hijos deben ser educados no sólo ya para afrontar el mundo que les ha tocado vivir, sino también para respetar su legado histórico, sus lenguas, su ciencia y su esencia. Y para ello, deben tener las herramientas suficientes para conseguirlo y lugares donde poder obtener esa cultura necesaria como son  escuelas dignas donde desarrollar sus aptitudes frente a la vida. Escuelas donde sean un lugar de encuentro, de intercambio, de aprendizaje…que sean un lugar donde sus mentes se abran al mundo, pero donde también guarden y difundan el legado de su pueblo.

El Proyecto “Maestra Leonor” para mí ha sido y es, un honor y un orgullo, haber podido conseguir la mitad del objetivo propuesto por el momento  y agradezco desde estas líneas a todas las personas que han colaborado en esta primera fase, bien con donaciones como los miembros de la Fundación phi o con la compra del libro “Abriendo camino” u otros libros del autor. Y es precisamente, como que de esta forma, abriendo camino, podemos llegar a conquistar la paz en el mundo y devolver al hombre la dignidad humana, la empatía hacia el otro, el amor a lo vivo y a la vida.

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