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Mientras tantoDos padres en Montauk

Dos padres en Montauk


Fuegos artificiales del Día de la Independencia, desde la arena de la playa principal en Montauk, New York.

La arena está fría. Casi no se ve. El ruido del mar. Las olas. Los fuegos artificiales, nuestros hijos. Voces en inglés. Historias. Él me dice que su época más ajetreada es el verano. The helicopter stays here. En el invierno, allá en California, trabaja unos diez días cada mes. Gran parte del trabajo lo puede hacer desde su casa.

En el video su nueva casa es una colina, a lo lejos se puede ver el pueblo. Se ve el espacio desierto donde ahora corren los caballos y la tierra en la que ha sembrado 300 matas de agave. Ya vienen las olimpiadas y todos van a querer comprar tu tequila, le digo. That’s the plan! dice él, que me ha obligado a llevarme una caja de 12 latas de cerveza porque el diseño era lindo. Están bien las IPA. How many years have you been here? pregunta ella. Otra vez sacando la cuenta. «En noviembre serán 24 años». Sus hijos son judíos. Los sábados no pueden usar el teléfono hasta que cae el sol. ¿6 de la tarde? Depende, dice ella. When it gets dark.

La arena está fría sin embargo el nuevo vecino del hotel ha llegado con un litro de fluido y después de lanzarlo sobre los troncos, las llamas casi nos han quemado. En el resplandor que dura unos minutos lo veo hablando de las clases de tabla en las que ha matriculado a sus hijos.

El padre judío se va ir a las montañas de los Adirondack sin ellos. Two of them are in camp and the other has to work, so. Es un campamento patrocinado por los parques de Nueva York. El mayor ha sido contratado como jardinero en Wave Hill, en el Bronx. El primer consejo que le han dado es que use jabón de peppermint porque les disgusta a las garrapatas. Ella me pide que le alcance una vasija de madera y dice que fue un regalo para su madre, del vecino. It is beautiful, digo. Tal vez porque nunca he sabido hacer mucho con la madera, excepto lanzarla a las llamas. El padre de ella fue pintor y los cuadros siguen colgados en las paredes a pesar de que hace años que él murió.

La primera vez que lo vi a él fue en esta misma playa, un par de kilómetros hacia el oeste. No fue el 4 de julio. Tengo el recuerdo de la cerveza y el clima frío (¿tanto? si es verano ¿Por qué necesito enredarme la toalla alrededor del cuello?). El mar oscuro más allá de la fogata, la luz de algunos barcos. Me dijo que había dirigido su primera película, que la encontraba en YouTube. Aquella vez mis hijos se quedaron dormidos y hubo que subir cargándolos por las escaleras hacia la casa que rentaban en la Old Montauk Highway. Esta vez su cuarto mira al mar, al mismo nivel de la fogata.

Unas horas antes, por la tarde, mientras caminábamos por el pueblo me explicó su teoría: son muy importantes los contactos. A quién conoces. Me recuerda cuando Richard hablaba de la importancia de transmitirle conceptos de negocios a sus hijos: la sabiduría de adquirir propiedades de joven. Lo decía mientras nos tomábamos una Guiness mirando el jardín de su casa en Paramus. Entiendo que los padres estamos hablando en función a nuestros hijos. Sé que a los míos no les dejaré tres casas, como Richard, ni caballos y plantas de agave como él. Tampoco un helicóptero. Con suerte muchos libros. Pero los padres podremos dejarles esa pastilla de conocimiento adquirido en nuestra madurez emocional: es importante a quién conoces. Casi como en Perú, pienso. Le pongo un ejemplo que le concierne y él dice That’s what I’m talking about.

También nos reímos de las muchachas que caminan por las veredes del pueblo enseñando todo, con actitud. Y de los muchachos que parecen seguir otro plan. Él sugiere que mentirán para conseguir la atención de ellas. My father threw me out of the yacht because I’m drinking too much. O Dad took away my Maserati because of the bad grades. Antes de salir de la tienda él me pide permiso para comprar una caja de latas de Budweiser. Only because it is 4th of July. Sospecho, porque sé que él ha recorrido bastante mundo –all over the world me dice cuando le pregunto a dónde ha viajado con su jefe–, que sabe del poco respeto que le tenemos los forasteros a esa cerveza.

Es una noche oscura, casi no se ve. Empiezan las explosiones y él y yo brindamos, mientras nuestros hijos siguen las luces en el cielo, sentados sobre la arena. Arena fría de Long Island.

 

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