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Mientras tantoAgapito en los camerinos de Elizabeth Siddall en el Teatro Lara

Agapito en los camerinos de Elizabeth Siddall en el Teatro Lara


Bueno, todos los murciélagos se cuelan en los camerinos, y yo no iba a ser menos. Marcelo, Tiago, Finea… Esa gentuza va de camerino en camerino impunemente, y no les importa escuchar conversaciones ajenas o ver a una actriz lavándose los dientes antes de salir a escena…             

El caso es que yo ayer me colé en los camerinos del Teatro Lara a ver cómo se preparaba María Giménez, que está haciendo una función llamada Elizabeth Siddall, y resulta que estaba hablando por teléfono con alguien. ¿Quizá una entrevista de radio? Qué raras son estas humanas.

MARÍA.- Este proyecto surge de una necesidad creativa. Es mi segundo espectáculo como productora teatral, llevaba años ahorrando para hacer un proyecto y estuve trabajando Shakespeare con Will Keen y me dio el personaje de Ofelia. Estuve viendo el cuadro de Ofelia de John Everett Millais durante meses y nunca pensé en quién había detrás de esa mujer del cuadro. Pero un día llegué en una tienda, y en un libro de mujeres olvidadas de la historia vi que se llamaba Elizabeth Siddall y descubrí que pintaba y era escritora, y me dio la sensación de que era una mujer invisible.


Ofelia de John Everett Millais

¿Un cuadro? ¿Un libro? Qué raras son estas humanas.

MARÍA.- Quise contar la historia de Elizabeth Siddall porque en aquel momento yo me sentía muy invisible como actriz y sentía que esta mujer también era invisible, a pesar de que ese cuadro lo conoce mucha gente y es la postal más vendida del museo en que está, la Tate Britain de Londres. Empecé a investigar la figura de artista de Elizabeth y me quedé fascinada por la cantidad de cosas que hizo en una época en que las mujeres estaban bastante en la sombra.

Me acerqué un poco más, para escuchar mejor.

MARÍA.- Me animé a contar esta historia a pesar de no ser nada comercial, pero es diferente y arriesgada, y la hice con los ahorros de mi vida, no tengo ninguna ayuda ni ninguna subvención. Empecé a comentar la idea a gente con la que suelo trabajar, y a todo el mundo le encantó y seguí adelante. A otra gente no le gustó la idea, me dijeron que estaba loca, que cómo podía hacer un drama, que el mundo no quería dramas. Fue algo arriesgado, pero sentí que tenía que hacerlo porque me cautivó, no podía parar de pensar en ella. Este es un proyecto que nace del corazón.

Vaya, pues ya estaba deseando que empezara la función.


Elizabeth Siddall 
– foto de Hikmet Isin

MARÍA.- Elizabeth Siddall se estrenó en 2019 en la maravillosa sala de Lavapiés El Umbral de Primavera y estuvimos noviembre, diciembre y enero del 2020 llenando, fue fantástico. Incluso tenemos una crítica maravillosa de Javier Vallejo de El País… Después fuimos a un teatro que ya no existe, el Teatro de las Letras, una sala alternativa que había por la zona del Barrio de las Letras, ahí estuve un mes y luego llegó la pandemia.

Ah, sí, todos hablan de la pandemia, debió ser una cosa importante para los humanos. Yo, como soy un murciélago, no sé qué pasó por esa época…  

MARÍA.- Después me ofrecieron hacerla en Escenario Patrimonio en Segovia. Como soy actriz leonesa, contactaron conmigo para hacerla en un festival en espacios no habilitados y tuve dos funciones en el Palacio de Enrique IV, y fue precioso, en un claustro impresionante, al aire libre. Luego se quedó parado el proyecto, no conseguía encontrar una sala que apostara por Elizabeth, porque como ya estaba estrenada antes de la pandemia, parece ser que lo que ya está estrenado pierde valor. Así que me relajé y me dije, “bueno, si Elizabeth no tiene que continuar, pues no tiene que continuar”. Luego, de manera casual, fui al Lara a ver a un compañero a la sala pequeña y me enamoré de Lola Membrives.

¡Ah! Eso lo he pillado, ¡es que esta sala pequeña del Lara se llama Lola Membrives!


Elizabeth Siddall 
– foto de Hikmet Isin

MARÍA.- El compañero me animó y me dijo “¿por qué no le envías a Antonio el proyecto?” Y cuando Antonio, el programador del Lara, vio el proyecto, dijo que le había encantado y me dio la oportunidad y empezamos en noviembre de 2023, el día de mi cumpleaños, y estuvimos noviembre, diciembre y enero, un día a la semana, llenando. Ahora he vuelto mayo, junio y julio, dos días a la semana. El proyecto se ha hecho grande y estoy muy contenta de estar dos días a la semana con un drama, cuando casi todo lo que se programa es más bien cómico, ¿no? A veces, ir en contra de toda esa idea de “haz comedia que llenas”, o “esto no es vendible”… cuando huyes un poco de todo eso y haces lo que sientes…

¿Será verdad que está llena la sala Lola Membrives? Ahora lo voy a comprobar.

MARÍA.- Muchísimas gracias por dedicarme un ratito y por darle visibilidad al proyecto. Ya sabes que en proyectos pequeñitos como estos a veces es muy difícil llegar a todos los rincones. Cuando acabemos en el Lara, no sé si Elizabeth Siddall volverá a Madrid. Por ahora, hasta finales de julio, los miércoles a las 19.30h y los sábados a las 18.15h. Te espero.

María Giménez terminó de hablar por el móvil y lo dejó sobre la mesa del camerino. Entonces escuché una voz. Una murciélaga inmunda que conozco de sobra.

FINEA.- Eh, tú, ¿qué haces aquí?

AGAPITO.- ¿Quién?

FINEA.- No te hagas el tonto. El los camerinos solo puedo colarme yo, o Marcelo, o su hijo Tiago.

AGAPITO.- Anda, ya, déjame en paz.

No sé si la actriz nos escuchó o no. Me da igual. Yo salí volando del camerino y antes de que el público entrase me colgué bocabajo de una vara, para ver Elizabeth Siddall.

Agapito, murciélago sin patria

 


Elizabeth Siddall 
– foto de Julia de Velázquez

 

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