Antonio (desde el estío no nos escribimos)
tengo que conciliar el sueño, y lo mejor para conciliarlo es escribir, el amor es como escribir, lo siento entre el corazón y el estómago, un placer, una fuerza, un posible, una cucharada de miel con cúrcuma, una callejuela maravillosa, correlación
nos escuchamos crecer
como escribiría Umbral sobre su hijo, a quien llamó durante pocos años Pincho
(fui a verlos al cementerio de la Almudena)
tengo que conciliar el sueño y te escribo a ti, amigo, donde estés desde donde yo esté
no sé muy bien dónde estoy (ahora la tilde está sobre la o)
dijimos de escribirnos solo 5, cinco
quizás podríamos seguir, para poder conciliar el sueño y un público que no existiría
no es lo mismo dormir que dormirse, el último es un verbo reflexivo
quiero dormirme, quiero dormir, dormiré
solo existe todo lo que tenga que ver con el amor (a las palabras, a las personas, similares, a lo que exista)
a nuestra amistad
a encontrarnos un día a medio camino, es decir, en Fez
perdernos por la medina más grande del mundo, la zona peatonal más inmensa de este mundo
soñaré con todo esta noche
es decir, con todo.
Un abrazo, Antonio.