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Frontera DigitalHipoterapia, el arma ucraniana para recuperar a sus excombatientes

Hipoterapia, el arma ucraniana para recuperar a sus excombatientes

Alexandra Khandogina, precursora del proyecto, trabaja con Ihor uno de los ejercicios. Foto: Alexander Martínez.

De piloto del ejército a psicólogo. De surcar los cielos en un helicóptero militar a cabalgar a lomos de un caballo. O lo que es lo mismo, cómo Bolivia cambió la vida de Serhiy Titarenko. Con 40 años y originario de la ciudad de Romny, la forma en la que vivía este comandante de la brigada del aire ucraniana cambió radicalmente cuando un proyectil ruso alcanzó el helicóptero que pilotaba durante una operación de combate. Él y su compañero de vuelo se precipitaron, la nave en llamas, desde una altura de cien metros. Sufrieron graves lesiones. Su chief-in-crew únicamente sufrió quemaduras, pero pudo continuar sirviendo a su país. Titarenko corrió peor suerte.

Aunque conservó todas las extremidades de su cuerpo, este exmilitar de 40 años se ha visto abocado a una vida en silla de ruedas y, tras su largo periplo por hospitales de todo el mundo, Serhiy Titarenko ha encontrado en la hipoterapia una forma de salvación. La estabilidad física que perdió durante el accidente se la ha devuelto un animal con el que ha logrado establecer una relación físico-mental indescriptible. Gracias a tratamientos en diversos hospitales, largas y tediosas operaciones y a la terapia con caballos, Titarenko ha vuelto a la vida.

Serhiy Titarenko, excomandante del ejército de aviación de Ucrania, riendo. Foto: A. M.

La hipoterapia es un tratamiento de rehabilitación que está fundamentado en la transición del movimiento del caballo hacia el paciente. Durante las sesiones, dicho movimiento ayuda a mejorar la fuerza, la coordinación, el equilibrio, la postura, la autoestima y la confianza en sí mismo del paciente. Además, la conexión emocional que se establece entre ambos sujetos puede ser terapéuticamente poderosa, ayudando a mejorar el bienestar general y la calidad de vida, así como tratar efectos secundarios derivados de un conflicto como el estrés post-traumático.

Para los combatientes que se ven imposibilitados de volver al frente solo queda una opción: afrontar su nueva vida y tratar de seguir luchando, esta vez, desde más allá del fuego y la pólvora. Esta es la situación de Serhiy. Él y muchos más compañeros se reúnen una vez a la semana para volver a su nueva vida en Sukhodil, un pequeño pueblo a 40 kilómetros al sudeste de Lviv y a más de 1.200 kilómetros de la primera línea de combate.

 

En un pequeño pueblo al sudeste de Lviv

“Equilibrio y relajación es todo lo que necesitas para sentir tu cuerpo de una forma nueva”. De esta forma Alexandra Khandogina define Riding into the future. Ella y su marido, Vasyl Irkha, psicólogo y militar del ejército ucraniano –actualmente en el frente de Bajmut–, iniciaron este proyecto social y sin ánimo de lucro fundamentado en una terapia que, con el uso de caballos especializados, aborda, desde la meditación y la salud, los problemas y necesidades físico-mentales de excombatientes ucranianos heridos en el frente.

Khandogina, psicóloga y profesora de chino en la ciudad de Lviv, dedica los domingos a lo que ella llama su volunteer day. De origen ruso, sus primeras conexiones con los caballos se remontan a los siete años. En la fría y hermética Moscú, inspirada por la afición que su abuelo le instiló por estos animales, cuenta que solía aprovechar cada oportunidad que se le presentaba para montar y que, a la edad de 20 años, consiguió comprar su primer caballo.

Ihor durante uno de los paseos que llevan a cabo en las sesiones junto a Alexandra Khandogina. Foto: A. M.

Sus inicios en el campo de la hipoterapia datan de 2005 en la localidad de Poltava, ya en Ucrania, donde trabajaba con niños con discapacidad y necesidades especiales haciendo un trabajo muy similar al actual. Ahora los tiempos han cambiado y sostiene que, en este momento, sus conocimientos deben focalizarse en otro ámbito. Tras la escalada de la guerra, la psicóloga de origen moscovita decidió mudarse a la ciudad de Lviv junto a su marido.

Cuando este estaba en casa, ambos llevaban a cabo el proyecto, que no cuenta con ningún tipo de ayuda del gobierno. Todos los costes pesan sobre su bolsillo. El recinto es enorme y alberga una treintena de caballos, por lo que requiere de un desembolso importante para que todo funcione la perfección. Su marido fue quien animó a Alexandra a centrar su pasión por la hipoterapia en otros objetivos. Este se encargaba de contactar con sus compañeros del ejército, a los que de manera cariñosa llamaba brotheres-in arms.

Hasta el momento, al recinto han acudido unos 80 veteranos de guerra con el objetivo de mejorar su estado merced a estas nuevas capacidades. Gracias a la hipoterapia, “las patas del caballo se convierten en sus piernas”, explica Alexandra. Ahora que su marido ha vuelto al frente, ella se encarga de coordinar todo el proyecto junto a su compañera Natalka Sonechko, especialista en esta terapia quien, a través de la asociación Doloni Dotyk, anima a veteranos de guerra a asistir a las sesiones.

Ihor, uno de los excombatientes, espera su turno para subirse a lomos de uno de los caballos. Foto: A. M.

Dos años desde la escalada de la guerra

La hipoterapia no solo ha ayudado a Serhiy, sino que también le ha ofrecido la posibilidad de brindar su apoyo y conocimientos a muchos más militares que, de igual manera, se han visto obligados a regresar a la retaguardia. Pese a ello, ahora saben que no están solos, que gente en su misma situación ha podido salir adelante y superar las secuelas del campo de batalla. Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la última cifra de la que disponen es de un total de 31.000 muertos en el bando de Kiev desde la escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Mientras tanto, unos 100.000 soldados han resultado heridos en combate, de los cuales una gran parte ha vuelto a combatir tras recibir asistencia. Sin embargo, ambos ejércitos cuentan con una parte de soldados que ha padecido lesiones tan significativas hasta el punto de sufrir una imposibilidad física de retornar al frente.

Bolivia y Rada son los otros protagonistas de esta historia. Estos son los caballos con los que Alexandra lleva años trabajando y los que han tratado a cientos de pacientes. Estos animales han sido entrenados específicamente por Alexandra y su equipo para llevar a cabo estas sesiones. Una de las personas que mejor los conoce es Rita, adiestradora del centro, estudiante de psicoterapia y conocedora de todos los rincones y entresijos del enorme rancho donde se desarrolla la actividad.

Esta afirma que los caballos dedicados a estas labores “deben tener una actitud sosegada y obediente, no deben ser proclives al estrés y, sobre todo, deben estar bajo el cuidado de pocas personas”. Una vez que Rita prepara a los caballos y Alexandra da el visto bueno, es hora de que comience la función.

El primero de los valientes es Sirgyv. Nacido en Jharkiv, en septiembre de 2022 vio cómo su vehículo blindado, en una operación de rescate, pasaba por encima de una mina antitanque. Las consecuencias fueron demoledoras. La mina que explotó justo debajo de su vehículo dejó a Sirgyv sin las dos piernas y abocado, a varios meses de operaciones y rehabilitación.

Sirgvy, excombatiente herido por una mina antitanque. Foto: A. M.

Una vez estable, este ex militar ucraniano se animó a probar las sesiones de hipoterapia que su compañero Vasyl le ofreció. Han sido todo un cambio en su vida. Sirgyv asegura que el esfuerzo que hacen por mantener el equilibrio encima del caballo es similar al que realizan las personas cuando se ponen una prótesis en las piernas. Además, siente la hipoterapia “muy útil para disminuir la depresión, respirar mejor y para fortalecer los músculos de la espalda”.

La Rolls Royce del mundo de los caballos

Una vez acabada la sesión de Sirgyv, le toca el turno a Titarenko. Tras varias sesiones junto a su gran amiga, Bolivia, Titarenko la define como “la Rolls Royce del mundo de los caballos”. Sin embargo, el veterano de guerra explica que los inicios de su relación no fueron de la manera esperada, sobre todo por su parte: se sentía paralizado y no conseguía relajarse. A pesar de ello, afirma que, a medida que fue entrenando con ella entendió que su cabeza podía conectar con Bolivia. Su mente era capaz de controlar al caballo, lo que le hizo confiar más en ella y que ésta respondiese de la manera esperada.

El excomandante ucraniano sufrió el accidente en 2014. Titarenko conducía un helicóptero en las inmediaciones de la ciudad de Sloviansk, en la región del Oblast de Donetsk. Tras el ataque ruso ambos sobrevivieron al accidente, pero Titarenko se llevó la peor parte. Serhiy se vio sometido a una vida en silla de ruedas en la que tuvo que pasar por un largo y complejo proceso de operaciones entre Ucrania y Estados Unidos mientras su país seguía combatiendo, ahora, sin su ayuda.

Una vez recuperado, decidió encauzar su vida brindando apoyo a compatriotas que, como él, habían pasado por la desgracia de quedarse fuera del campo de batalla. El excomandante ucraniano decidió centrarse en el estudio de las discapacidades psicológicas y, en la actualidad, trabaja como psicólogo en un centro de rehabilitación cerca de Lviv donde trata con militares heridos de guerra quienes presentan alguna extremidad de su cuerpo amputada.

Titarenko asegura que la hipoterapia es una de las herramientas más poderosas para el proceso de rehabilitación mental y psicológica que ha conocido. Lamenta la poca inclusión que este tipo de tratamientos tiene en la sociedad ucraniana y se enorgullece de que, tras el accidente, los caballos cambiaron su vida por completo: “Tras el accidente, los caballos cambiaron mi vida por completo”.

La pieza que da sentido al engranaje

Otra de las piedras angulares de este proyecto y también veterano de guerra es Andrii Ischyk. Este excombatiente del ejército ucraniano, en sus plenas capacidades físicas, empezó como usuario del proyecto. Sin embargo, tras varias sesiones de rehabilitación y gracias a su conocimiento de la lengua inglesa, pasó a formar parte del equipo de Alexandra como voluntario encargado de difundir en redes sociales las labores que realiza todo el equipo. Según afirma el excombatiente, durante sus años alistado en el ejército, además de servir en el frente situado en Bajmut, también desarrollaba labores de prensa hasta que finalizó su servicio militar en 2015.

Ischyk recuerda duramente su etapa en las filas del ejército ucraniano. El veterano cuenta que “es una situación muy dura” por lo que “tratas de escapar de cualquier forma”. En esos casos el deporte se convirtió en uno de sus mejores aliados: “Me permitía aliviar tensiones, aunque solo fuese por un momento”. Sin embargo, eso no era suficiente. Por eso, cuando conoció el proyecto de Alexandra y Vasyl no dudó ni por un instante. “Aleluya, por fin puedo dedicar mi tiempo a algo nuevo”, se dijo a sí mismo.

Andrii Ischyk (a la derecha), voluntario del proyecto, ayuda a Ihor a entrar al hipódromo donde realizan los ejercicios. Foto: A. M.

Es más, resalta el cuidado de los caballos como una de sus actividades favoritas por la respuesta positiva que estos ofrecen tanto a él como al resto de los usuarios: “Es sorprendente lo rápido que comienzan a reconocerte, pronto estableces una relación inquebrantable”. Además, recalca que no es un ejercicio lesivo ni dañino para los animales sino todo lo contrario: “Cuando las personas se mueven encima del caballo y practican los ejercicios, los animales sienten la fricción que se genera como un liviano y relajante masaje”.

La terapia consiste en la relajación y confianza en el animal. Para algunos soldados, el simple hecho de subir a lomos del caballo es todo un reto, pues debido a diversos accidentes han perdido toda fuerza en las piernas. Una vez lo consiguen, junto a las terapeutas, inician un recorrido por el hipódromo donde sienten que han recobrado ese dominio en las extremidades inferiores. El final de la sesión se adhiere a ejercicios de estiramientos encima del animal donde los militares tienen que conseguir mantener el equilibrio a la vez que estimulan sus extremidades con ejercicios similares al yoga. “Desde el principio, estableces una relación inquebrantable con el caballo”, dice Andrii Ischyk.

La hipoterapia ha llegado para quedarse. Introducir este tipo de terapias para los excombatientes de guerra es la mejor manera de combinar la ayuda física y mental que estos necesitan. Este tratamiento consigue en sus usuarios reducir el estrés, les ayuda a mantener el equilibrio en su día a día e incluso afirman que pueden dormir mejor. La guerra es una experiencia nefasta por la que ninguna persona debería pasar. Sin embargo, Alexandra y todo su equipo de trabajadores y pacientes trabajan desinteresadamente para que haya una vida después de ella.

El conflicto ruso-ucraniano ha sumido a ambos países en la más absoluta incertidumbre: Desde hace meses las líneas militares no avanzan y tampoco se atisba ningún acuerdo o tratado que acerque posturas hacia una posible paz. La contienda, que en un primer momento se disputaba entre ofensivas y contraofensivas, ahora se ha convertido en una guerra de posiciones. En este contexto el factor que más determina las posiciones es el desgaste de las tropas y del armamento.

No ajenas a todo ello, las familias de ambos bandos siguen observando impotentes cómo sus más allegados regresan una y otra vez al frente sin la menor certeza de si uno de esos viajes puede acabar siendo el último.

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