Fue el polímata Ramón Andrés el que dio el aldabonazo con un artículo en El Cultural con el título de ‘El mar triste’. Arrancaba así: “La infamia es el nombre de una exposición que ofrece en estos días el Museu Marítim de Barcelona, admirable gesto que tiene por cometido poner a la luz los oprobios de los esclavistas catalanes, cuya fortuna alentó el florecimiento de la industria de su país y, entre otras cosas, la construcción de unos señoriales edificios que hoy jalonan el Eixample barcelonés. En esta muestra la iniquidad se detalla con los nombres de los traficantes de unas almas condenadas al hacinamiento y el hambre, que sucumbieron en los campos de caña y de tabaco, a menudo en las tierras de Cuba y Puerto Rico. No se alude en dicha muestra a que un reciente president proviene de una de esas familias dedicadas con éxito al expolio humano”. Se lee en la web del Museu Marítim: “Los principales países europeos ya llevan varios años revisando su pasado colonial y su papel en la trata de personas esclavizadas. En los últimos años, algunos historiadores de todo el país han empezado a preocuparse por este tema y han comenzado a dibujar un pasado oculto, más importante de lo que pensábamos. Al mismo tiempo, el interés del público, al que se han incorporado muchas personas provenientes de las antiguas colonias españolas, ha crecido enormemente”. Hay no pocos libros para completar este viaje, como Austerlitz, de W. G. Sebald, o Negreros. Españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas, de José Antonio Piqueras, o Born in blackness, de Howard W. French.
Dónde: Museu Marítim de Barcelona
Cuándo: Hasta el 5 de octubre