En conversación telefónica con Fernando José Pereira, que mañana inaugura en el Centro Galego de Arte Contemporánea bajo el título «Aparentemente nada se passa» (Aparentemente no pasa nada), el artista portugués hace hincapié en que no se interprete la imagen de la invitación (el dibujo de una mesa de un consejo de administración, con las sillas vacías, y sobre la imagen las palabras «-How can I leave this fiction? -You simply can´t!» (¿Cómo puedo salir de esta ficción? ¡Sencillamente, no puedes!»)) como una pieza aislada, sino como un fragmento de un relato mucho más extenso y complejo formado por vídeos y dibujos. Pero admite que se trata sin duda de una diatriba contra un sistema económico en el que estamos involucrados y del que aparentemente no podemos evadirnos. Con la ampulosa prosa de los textos que pueblan catálogos e invitaciones, la del CGAC reza: «Entre la negación de la estética y la negación del dolor es posible constituir una noción exterior, la desanestesia, que se rige por esta estructura de desocultación del dolor (real) y de la belleza (realidad)». En otras palabras, los egipcios y los tunecinos han conseguido desmentir la especie que los medios (según crítica de Kapuscinsksi recogida por Espada) habían difundido: que la lucha no da resultados. Que se lo pregunten a Ben Alí o a Hosni Mubarak.