Así lo cuentan desde la web de esta galería santanderina que se esmera en presentar miradas originales sobre el mundo y el arte y atesorarlas luego en humildes y hermosos catálogos dignos de guardarse como joyas que el gusto y la memoria saben apreciar: «Con las lógicas derivas que en el tiempo han acompañado a la trayectoria de Enrique Larroy [Zaragoza, 1954], su obra continúa siendo receptáculo visual privilegiado de casi los mismos asuntos conceptuales que le interesaron desde que comenzó la práctica de la pintura a comienzos de los años setenta. El color, la forma, la geometría, el azar, el tiempo y el espacio son los engranajes principales del complejo mecanismo perceptivo que obliga a las imágenes a tomar posición desde visiones contradictorias y yuxtapuestas, siempre inestables, e incluso, irreconciliables». Razones para ir al norte.