Al frente de su emblemática compañía, Timbre 4, el dramaturgo y director argentino Claudio Tolcachir, uno de los más deslumbrantes e inspiradores dramaturgos de los últimos años, vuelve a Madrid con su teatro esencial que llega directo a la mandíbula y a la inteligencia. Teatro pobre por necesidad que acaba siendo toda una declaración de intenciones estética e ideológica. Los que no pudieron ver sus obras por la brevedad y las dimensiones de la sala en las que se exhibieron, tendrán ahora una excelente oportunidad en las Naves del Español en Matadero. Hasta el 24 de abril, «La omisión de la familia Coleman». Desde el 27 de abril al 15 de mayo, «El tercer cuerpo», y para cerrar, del 18 de mayo al 5 de junio, «El viento en un violín». Una trilogía que, como escribía recientemente Rosana Torres en «El País», «demuestra cómo se puede hacer gran teatro con unos personajes descolocados y patéticos, unos medios mínimos y, eso sí, con un talento máximo».