Desde la tragedia griega de Esquilo (que escribió la primera obra dramática que se conoce), el teatro se ha convertido en un lugar para la reflexión sobre los acontecimientos históricos y la moral de los hombres, temas comunes también a la filosofía. Provocar un conflicto entre ambas asignaturas, “que la filosofía desafíe al teatro y el teatro a la filosofía” es el objetivo del seminario ‘Memoria y pensamiento el en teatro contemporáneo’, que en su próxima jornada se va ocupar de la educación y del teatro en ese campo objeto de tantos debates estériles en España y en muchos otros países (véase por ejemplo la película Monsieur Lazhar, Philippe Falardeau, donde se comprueba que el desastre ha llegado también a Canadá). El lugar que la escuela puede tener en el teatro y qué clase de teatro debería hacerse en la escuela serán los interrogantes principales del debate, en el que también se presentará el proyecto LÓVA (La Ópera, un Vehículo de Aprendizaje), en el que los propios alumnos crean y ponen en escena una obra sin la intervención de los adultos.