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Museos


 

Recientemente el MOMA de New York ha adquirido para su colección el símbolo @. No se trata de ninguna representación gráfica o escultórica, sino del símbolo en sí mismo. Desde su blog, la curadora Paola Antonelli explica esta adquisición como un acto de etiquetado, asumiendo que ya no es necesaria la posesión física de algo a la hora de formar parte de la colección. Más allá de la aparente boutade curatorial, con esta acción y otras similares el prestigioso MOMA está llamando la atención sobre uno de los grandes temas del debate artístico actual: la necesidad de revisar el papel de los museos.

 

Las nuevas prácticas artísticas, cada vez más relacionadas con conceptos como el procedimiento, la distribución y el acceso, dejan obsoleta la idea de museo del s. XIX, basado en la acumulación y exhibición de objetos. En los últimos 15 años muchos átomos han sido substituidos por bits. Redes, nodos y servidores substituyen a sedes, sucursales y almacenes. El tiempo real devora el pasado y el porvenir.

 

En su pieza Museum Futures:Distributed el artista galés Neil Cummings especula sobre las políticas de archivo y exhibición del arte futuro, a través de una entrevista ficticia en 2058 con un alto cargo directivo de un museo. En ella se habla de nodos, de conjuntos de instrucciones, de conciencia distribuida, serendipias cibernéticas, interfaces semánticos, estéticas transaccionales, replicación molecular, mezcladores de IPs, consensos en tiempo real.

 

Los deseos pesan tanto como los recuerdos. La única forma de aligerarnos es fluir. El tiempo real es el único tiempo posible. Quizás en los museos también.

 

 

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