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Mientras tantoBuscando a Dios, desesperadamente (y 3, por ahora)

Buscando a Dios, desesperadamente (y 3, por ahora)


Ayer conocí a Silvie. Vino a cenar con Elisa, su prima, que es amiga mía.

Estuvimos discutiendo en la cena de religión, aunque Silvie no decía casi nada, cuando me enteré de que quería meterse a monja.

Le pedí que volviera porque quería que me lo contara mejor.

Pensé que se metía a monja, como tanta gente lo hacía antiguamente en España y otros países para salir de la miseria… He sido yo el que ha salido de la ignorancia.

 

Silvie Ouedraogo, un cielo

 

 

Silvie Ouedraogo tiene 19 años y es una buena estudiante. Acaba de terminar el curso escolar sin problemas y le quedan 2 años para acabar el BAC, que es la antesala de la Universidad. 

Me contaba que si la admitían en la Congregación, San Francisco de Asís, tendría que estar otros 5 años más de estudios religiosos.

Tiene padre y madre, moossis, y dos hermanos de 22 años el chico y de 9 su hermana pequeña.

Toda su familia es católica y la apoya en su decisión, aunque me confesaba que el padre al principio era más reticente.

Tiene un aspecto discreto y alejado de cualquier ostentación y coquetería, con lo que son aquí las mujeres. Lleva la cabeza rapada, sin pelucas ni trenzas, mechas, etc, y ayer me dio la sensación como si intentara ocultar su pecho comprimiéndolo con alguna cinta o prenda.

Sonreía cuando le preguntaba si no había tenido novios y me decía que no le interesaban.

Todo mi interés era saber por qué quería meterse a monja: por amor a Dios, por encontrar un sitio en la vida, una ocupación, por haber estudiado en un colegio de monjas, por amor al prójimo…

Y me lo ha explicado tan bien que se me han saltado las lágrimas.


Nunca fue a un colegio religioso, pero desde los 8 años, me decía, quiere ser monja porque admira lo que las Hermanas hacen por los niños y por los demás. Y que desde pequeña es lo que ha querido hacer en esta vida: ayudar a otros.


Sólo tiene una duda, si podría compatibilizar esos estudios religiosos con alguno más práctico para poder ser más útil. Me ha contado que querría ser médico, además de religiosa, porque sería la mejor manera de que su trabajo sirviera para algo.

Le he dicho que si necesita cualquier cosa, incluso ayudarle con la matrícula en la Universidad, no deje de decírmelo.


Silvie Ouedraogo es un cielo, una buena chica. Se merece el cielo, si lo hubiera.

06-06-2010
GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS


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