El titular está hecho a conciencia para generar entradas pero, une fois n’est pas coutume como dicen los franceses, no trata de sexo. Aún así, no te vayas y sigue leyendo que la historia tiene su miga: resulta que Caja Madrid cierra sus centros sociales para la tercera edad. Puede parecer un tema poco importante, sin duda no ocupará las planas de los periódicos, aún menos después de la victoria del equipo español en el Mundial. Pero con esta decisión, 100.000 viejetes se quedan sin poder utilizar unos servicios que les resultaban fundamentales además de que unos cuantos trabajadores se van a la calle (hay baile de cifras según quien comunique, serían 150 empleados según UGT, 44 según la entidad u 80 personas, de acuerdo con las subcontratas encargadas de prestar estos servicios).
Estos espacios (la entidad madrileña cuenta con 39) suelen funcionar como centros de día y desarrollan distintas actividades gratuitas para sus socios: talleres, senderismo, informática, educación física… Habitualmente, permanecían cerrados por vacaciones únicamente durante el mes de agosto pero este año, los trabajadores de las dos empresas contratadas para prestar estos servicios han visto cómo les anunciaban que cerraban también en julio y que muchos no reabrirían sus puertas el próximo septiembre. Dicho de otra forma, que se han ido a la calle, algunos después de haber trabajado durante diez años en el proyecto. Y no saben si volverán o no a contar con ellos cuando comience el nuevo curso. Vamos, que les han dado el verano…
Fuentes de la caja que prefieren no ser citadas (les aseguro que el garganta profunda no era Rato aunque también estaba bien situado) alegan motivos económicos: dicen que los recursos son menos y que hay que mirar mejor cómo se gastan. Cierto es que la caja madrileña ha venido reduciendo su inversión en Obra Social a lo largo de estos años y no ha sido la única en hacerlo. De hecho, el Banco de España invitaba a estas instituciones a finales del año pasado a aumentar sus reservas en detrimento de la Obra Social. Vacas flacas obligan…
Lo penoso, a mi entender, es que las cajas de ahorro se hartan de vendernos una imagen, distinta de la los bancos según ellas, vanagloriándose de cuánto hacen por la sociedad a través de la Obra Social. Y ése es uno de los temas que más indigna a los trabajadores despedidos: que al mismo tiempo que esta partida es utilizada como reclamo publicitario, se recorta inversión en fines sociales… eso sí, apuntándose beneficios positivos a finales de año.
Y el anciano, ¿qué dice? Pues poco, la verdad, porque debe de llegar una edad en la que, aunque estés jodido, prefieres callar y no montar bulla. Algunos, como Mercedes, que vive en Ciempozuelos, municipio que cuenta con uno de los centros en el punto de mira, sí que habla. Y Mercedes, que en su día fue profesora de baile, dice que como en estos centros no va a haber música, ella se va a llevar su pensión a otra parte. Porque, ¿sabían que para que un abuelo/a pueda utilizar los centros de mayores de la Obra Social de Caja Madrid debe domiciliar su modesta pensión en la caja? ¿Les parece honesto que la entidad utilice esta partida para captar fondos? A mí, la verdad, me parece cualquier cosa menos bonito….
Total, al final va a resultar que el titular de este post sí tiene que ver con la noticia: es algo así como si te gusta el sexo, y sobre todo el anal, pásate por la caja porque, a nada que te descuides, te dan por el culo.