En el nombre de Allah, Clemente, Misericordioso
Alabado sea Allah, Señor del Universo, Clemente, Misericordioso
Dueño del Día del Juicio, a Ti sólo servimos a Ti sólo imploramos ayuda
Dirígenos por la vía recta
La vía de los que Tú has apreciado,
no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados
Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando vine a principios del año pasado a Burkina Faso fue que todo el mundo creía en Dios: pero todos, no se salva ni uno. Parece que es algo común a toda África, por lo que he leído.
Para tipos como yo esta es una de las cosas más sorprendentes, tal como he contado.
Un amigo sueco me contaba antes de abandonar Burkina, bromeando, que había intentado montar la Triple A, una Asociación de Artistas, Artesanos y Ateos. Había conseguido 7 adhesiones: 5 de artesanos y 2 de artistas. El único ateo era él mismo.
Así que empecé a discutir sobre estos asuntos con la gente con la que tenía más confianza ya fueran protestantes, de la Asamblea de Dios o católicos de la santa Madre Iglesia. Y picado por la curiosidad y porque las alternativas de ocio en mi pueblo son más bien limitadas (y que duermo poco) me he planteado algún que otro domingo ir a ver la función e intentar comprender y ver cómo sienten estas cosas.
Tenía que intentarlo también con el Islam. Porque aquí la mayoría son musulmanes.
La gran Mezquita de Ouahigouya, recientemente remozada por una donación particular
Hablé con un amigo, Zack, para ver si podía asistir al rezo del viernes de mediodía que es el más importante de todos. No os voy a contar qué es el Islam, que para eso están Google o la Wikipedia, pero os confieso que estoy intentando enterarme un poco de qué va una religión que siguen más de 1.000 MM de personas en el mundo. También, lo confieso, por aquello de los posibles secuestros, que he llegado a grabarme alguna sura en el iPhone para aprendérmela por si les daba por arrepentirse.
Como las otras dos religiones monoteístas, judíos y cristianos, comparten las enseñanzas del Libro (Biblia) y, además, consideran sagradas la Torah y los Evangelios (y algún otro más, no recuerdo). De hecho para ellos Jesús (Issa) es un profeta muy destacado y se menciona varias veces en el Corán, aunque no le reconozcan como hijo de Dios, pero sí hijo de su madre, María (Maryam), a la que citan incluso más que a éste. Quizás porque fuera el Arcángel Gabriel quien se ocupó de su inmaculada concepción. Ya no sé si personalmente o fue sólo que vino a decírselo de parte de Dios.
Para los musulmanes Gabriel es especialmente importante y aparece a menudo citado. A diferencia de Rafael y Miguel que no salen tanto. A Luzbel siempre lo llaman Satán, con desprecio, quizás por quitarle del grupo de los acabados en EL, al ser ángel caído. Le ponen a parir, lógicamente, aunque ya se sabe el dicho de que se hace leña del ángel caído. Supongo que con la que mantienen encendido el fuego eterno.
La última aparición, conocida, de Gabriel fue para ocuparse de transmitir la palabra de Dios a Mahoma (sea siempre bendito de Allah), aunque hay diferentes opiniones: que fue Dios directamente quien se lo transmitió (el Corán), o que fue a través de Gabriel. La verdad no sé si este conflicto de protagonismo ha llevado a un malentendido y distanciamiento entre ellos, pero el caso es que parece como si le hubiera dejado de encargar recados entre los hombres, que era el que solía ocuparse de las buenas nuevas.
Ahora Miguel, con su espada flamígera, lleva repartiendo guerra por la faz de la tierra superándose cada siglo (que 100 años no es nada, si febril es la espada, como diría un tango) y de Luzbel qué podemos decir: que habita entre nosotros. Al que tengo perdida la pista es a Rafael.
A lo que voy.
De los 5 preceptos del Islam el que más me gusta es el de la limosna y socorrer a los necesitados.
El primero es una copia del ‘amarás a Dios sobre todas las cosas’, aunque aquí se meta en el mismo rango el reconocimiento del Profeta (la paz y la bendición de Allah sea siempre con Él).
Lo de los 5 rezos diarios, haciendo además una suerte de gimnasia, me parece excesivo.
El ayuno puede estar bien, pero jamás entenderé que entre sol y sol tampoco se pueda beber ni agua. Y menos en África. Yo haré el Ramadán (aquí Carème) el año que viene pero me saltaré lo del agua y lo de las relaciones sexuales, si vuelvo a la vida…
Por último, lo de la peregrinación a La Meca me parece de agencia de viajes del sigo VII. Aunque visto cómo se ha puesto lo del Camino de Santiago no le veo tanta diferencia.
En lo que el Islam no ha evolucionado nada, sino a peor, es en el tratamiento de la mujer. Esta parte es la que menos me gusta, ni siquiera por la posibilidad de tener 4 esposas. Bien es verdad que en el Islam ha habido (y hay) corrientes e interpretaciones religiosas mucho más liberales que los wahabistas dominantes actuales, pero queda muy lejos de los siglos VII-VIII cuando conoció un desarrollo increíble por todo el norte de África, parte de Asia y Europa (España incluida). Era una religión mucho más liberal y permisiva que la cristiana de entonces. Os recomiendo un libro excepcionalmente interesante para conocer las historias de enfrentamientos entre cristianos y musulmanes: ‘Las Cruzadas vistas por los Árabes’ de Amin Malouf (cristiano maronita libanés).
Perdonad la farragosa introducción de cosas que podéis encontrar en Internet, si queréis. Era sólo porque sé que hay mucho vago suelto (ya sé que no se debe insultar a los escasos lectores, siempre me lo recuerda mi editor), pero Internet es enorme y es difícil llegar al final, por mucho que alguien presuma de haberlo hecho.
Me viene mi amigo a buscar y me dice que me cambie la camisa por un bubú (que es una prenda más muslim). Así que me lleva a la Gran Mezquita de Ouahigouya (OHG).
No me digáis que no son un encanto, aún vestidas con tocas
Aparcamos cerca porque está todo lleno de gente. Mujeres sentadas apoyadas en los muros, niños y niñas que tampoco pueden entrar dentro porque no se cabe y los hombres tienen preferencia, mendigos de todas clases y condiciones, montones de huérfanos que son acogidos en las madrasas (escuelas coránicas), tullidos, ciegos, ancianas, mujeres jóvenes con varios hijos en la espalda o en brazos, gemelos o mellizos (hay muchos, no sé porqué cuestión genética), albinos (también hay muchos)… lo que se dice toda una corte de los milagros a pedir limosna.
A mi amigo Zack no se le da muy bien esto del vídeo. Pero ahí estaba yo con el Gran Imán a mi lado en la entrada de su cour
Mi amigo me urge a no entretenerme dando limosnas, après, après, y entramos en una cour al lado de la Mezquita. Una casa como la mayoría de aquí, pequeño patio a la entrada donde corren los pollos y las inmundicias y una habitación-salón llena de cuadros con fotos de imanes, carteles religiosos y fotos de la mezquita de La Meca y la de Jerusalem. Descalzos , siempre hay que descalzarse al entrar en una casa, nos sentamos en unas esterillas en el suelo. Mi amigo me traduce palabras del mooré, pues el Imán sólo habla mooré y supongo que árabe. Vienen también el Primer Adjunto, que es una especie de 2º en el escalafón y quizás no tan sabio o tan santo, pero más listo y más en el mundo. También el Presidente del Comité de los Musulmanes de OHG, o algo así.
Este Imán debe tener mucho tirón, pero no recuerdo cómo se llama (tendría que tomar notas), también había un cartel mucho más grande que ese en la casa del Gran Imán
Estuvimos hablando, más bien ellos, y o mi amigo, o el primer adjunto, me traducían al francés. Y yo les daba las gracias. Ellos me dieron sus bendiciones por todos los proyectos y las buenas cosas que iba a hacer por la gente de OHG y yo les hice entrega de 10.000 Fcfas a cada uno y otros 10.000 para el cepillo la Mezquita.
La verdad, y lo digo sin ironía, no me parece caro. Porque lo decían de corazón, lo de su bendición. Y que Allah me va a ayudar en todo lo que haga. Que no me vendría nada mal que me echara una mano.
Además hay que tener en cuenta como se encargaba de recalcar el Gran Imán que la mayoría de la población de OHG es musulmana, aunque creo que el 95% que dijo era exagerar un poco. Pero ya sabéis cómo es esto: los hombres de letras y teología no suelen entender de números.
Y salimos pitando para la Mezquita que se pasaba la hora del rezo, aunque no había problema de que se pasara el arroz en las casas, porque estábamos en plena carème y no se come. Se cena.
Sorteando las piernas de la gente sentada por el suelo en la calle, accedemos en fila musulmana, el Imán, el Presidente, el Primer Adjunto, mi amigo y yo, dentro de la Mezquita…
¡¡¡Dios mío!!!, quiero decir ¡¡¡Allah mío!!!
Aquello estaba abarrotado de gente perfectamente alineada, de rodillas en sus filas de esteras, esperando al Imán para la prédica y el rezo. Y allí llego yo, el último de la fila, dando el cante, pero bien dado.
Los fieles, al acabar el rezo, cuando me dijeron que podía hacer una foto, el del bonete rojo es el Primer Adjunto y a la derecha el hueco en el que yo recé
Porque mi idea era quedarme atrás del todo, en un rinconcito, sin hacer ruido, a las espaldas de la gente, sin que me viera nadie y poder observar, sin ser visto, diablo cojuelo, cómo es la principal oración de la semana. Y poder hacer alguna foto con la que ilustraros este comentario…
Pues nada, miles de ojos (no hay muchos tuertos) mirando al blanco que cerraba la comitiva y pensando si no sería mi culpa el retraso en la plegaria. Menos mal que la gente no anda con prisas, pero desapercibido no pasé, lo que se dice ir de incógnito no me funcionó. En primera fila, delante de todos y pegaditos al lado del Minbar… (no, no es Minibar, es Minbar que aquí no se toma nada como en las iglesias, es un lugar un poco más elevado desde el que el Imán dirige la oración).
Este es el Minbar, esa especie de trono en lo alto de una escalera. Al lado la biblioteca, casi todos los libros son el mismo, distintas ediciones, el mismo y único texto
El primer adjunto, pegado a mí, me dijo por lo bajinis, ‘haga lo que yo hago’.
Y eso hice: mirarme las palmas de las manos buscando respuestas y la suciedad de mis pecados, tocarme la cara y las orejas, sin hurgar, inclinarme hacia delante apoyando mis manos en las rodillas, arrodillarme una y otra vez, apoyando la frente en el suelo, ponerme de pie ágilmente… bueno esto mirándome con indulgencia plenaria, que con la tripa que gasto me costaba Allah y ayuda arrodillarme y volverme a levantar.
El caso es que salí airoso, por así decirlo, del trance. Lo cual no quiere decir que ventoseara, que tiene sus peligros eso de tener a otros detrás con sus cabezas casi justo en mi trasero.
Final de la prédica por parte del Cheik Koumá Ouedraogó
Se terminó la ceremonia y nos despedimos, nos dimos las gracias y las bendiciones mutuamente (yo te bendigo…, pues yo a ti más…) y volví a casa después de dar las limosnas y caramelos que pude.
Pensé que me había expuesto demasiado a las miradas de tanto musulmán, que alguno habrá integrista o simpatizante de AQMI, pero me quedé más tranquilo cuando recibí 3 sms de gente que conozco y que me habían reconocido en la Mezquita, congratulándose de que fuera musulmán. Uno de ellos, el arrendador de mi antigua casa me preguntaba, incluso, mi nombre musulmán. Tuve que confesarle que respetaba el Islam, pero que no era (todavía) un auténtico musulmán. Me dijo lo normal aquí: ‘il n’y a pas de probleme’, pero que estaba contento de haberme visto rezar en la Mezquita, con ellos.
El Gran Imán en primer término, AbuBakr Traoré
Sí tengo nombre musulmán, me lo pusieron hace meses mis vecinos de mi antiguo barrio por afecto, como agradecimiento por cómo trataba a sus hijos.
Me llamo Mahamadi, para servir a Allah y a ustedes.
GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS