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Mientras tantoLa Guardia civil y los vampiros

La Guardia civil y los vampiros


Si hay dos cosas que no casan en mi mente, habituada al objet trouvée, son la Guardia Civil y los vampiros. ¿Se imaginan a la benemérita en un episodio de True Blood? Pues bien, como esto es realismo sucio del ibérico, la acción transcurre en invierno y en Palencia y en casa de una famosa atleta de esas a las que le gusta lucir tinte rubio y banderita de España. Una buena mujer que guardaba en la nevera algunas transfusiones de sangre. En Palencia. Y en invierno. O sea que siguiendo la pista del filete adulterado de Contador hemos llegado a la Inmaculada Concepción de los vampiros. La plana mayor del atletismo con importantes síntomas de adicción y la prensa internacional, tan odiosa con lo nuestro, dando la brasa otra vez con que somos un reino de yonquis. La presunción de inocencia está ahí para quién demonios quiera ser presuntamente inocente, pero la sola imagen de la nevera a mi me deja poco menos que fascinado de conocer nuestros modernos juramentos de sangre. Aquí el que no corre vuela.

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