Esta vez el retraso en publicar no se lo puedo achacar a los problemas de conexión informática. Me he vuelto perezoso. Tenía que venir a España para pasar las Navidades en familia y me dije a mí mismo (soy de ese tipo de locos que hablan con sus propias voces internas) que ya lo escribiría en España y lo ‘colgaría’ más fácilmente. Pero ha pasado una semana desde que llegué y no he encontrado ni el momento de escribir, ni siquiera ninguna historia que tuviera el menor interés.
Pero hoy he visto una noticia en el ABC, periódico local, que me ha recordado otra historia de Burkina. Y como no consigo pasar de las comparaciones odiosas le he hecho una foto a la noticia y he buscado las fotos que tenía de Burkina.
Casas quemadas.
Historias de amor y de la forma de ‘solucionar’ los conflictos de la pareja o, mejor dicho, de las ex parejas. O de las parejas en crisis. Ahora todo está en crisis.
Coincidencia: una de las partes le quema la casa a la otra.
Supongo que es una forma, como cualquier otra, de dar un toque de atención a la pareja para arreglar las cosas empezando desde cero o desde las cenizas de una relación , como un Ave Fénix, o si se está muy quemado con la relación intentar compartir la brasa con la persona que consigue encender nuestra pasión hasta ese punto.
Debe ser increíble una pasión así, es algo que no creo que nunca llegue a sentir con tanta virulencia. Ni siquiera cuando mis parejas has tenido otras relaciones o me han abandonado se me ha pasado por la cabeza hacer algo así. Me falta pasión y me sobra pereza. Me desenamoro enseguida de una persona que se aleja de mí hasta ese punto. Pierdo todo el interés en alguien con tan poco criterio o tan mal gusto.
Pero a lo que vamos, casas quemadas. O gente tan quemada como para querer quemarlo todo.
La verdad es que lo de las bombonas de butano ponía en peligro todo el edificio, pero si le dio tiempo a requerimientos de un vecino, y estando borracho como una cuba, a sacar él mismo las bombonas, parece que no era tan malo el tipo…
En el caso de España el quemado o quemador es un hombre y no quedó aclarado en el juicio (o no lo dicen) si pretendía también quemar, con la casa, a su amor, o sólo encender de nuevo la llama. Pero por el riesgo que supuso para los vecinos le han condenado a 7 años de cárcel. Se le van a enfriar las ganas con una temporada así a la sombra.
En Burkina el caso que conocí no salió en los periódicos. El año pasado cuando llegué a Burkina me asombró al visitar una escuela que había financiado la construcción mi antigua empresa, en la aldea de Ouro, que una de las maestras tenía tatuado un brazo con la palabra LOVE. Me quedé impresionado, en una aldea perdida de Burkina Faso, sin agua corriente, sin electricidad, me encuentro la pasión escrita en inglés en el brazo de una maestra de aldea.
LOVE.
No podía dejar de intentar imaginar qué historia increíble se podría escribir tras ella. No volví a la aldea, ni supe más de ella hasta hace 2 meses en que pasé al lado de la aldea de camino a otra, Ouagande, con el director de la escuela. Y se me ocurrió contarle que me había llamado la atención el tatuaje de la maestra y que si sabía algo de ella y si seguía allí de profesora. Y me contó algo de la historia.
Justo ese día la juzgaban o dictaban la sentencia porque había quemado la casa de su marido. Que, además, es el director de la escuela de Ouro. Una pareja especial, a ella no sé cómo la llamarán los demás, para mí es la profesora AMOR (LOVE), pero al director todo el mundo le llama THE BOSS (El Jefe), incluso hace una semana le saludé en Ouahigouya e intenté que me dijera su nombre, pero insistió en que le llamara BOSS, que era como todo el mundo le conoce.
A mi izquierda (yo soy el de piel más clara) la profesora LOVE, con camiseta de tirantes, a su lado, con camiseta amarilla, su marido, THE BOSS. Una pareja de carácter
BOSS-LOVE una pareja de llamas tomar…
Ella fue condenada a 2 meses de cárcel, que ya ha cumplido y ha podido reincorporarse a las clases. Aquí, me dijeron, que no hay libertad condicional para penas pequeñas, que todas se cumplen.
También me contaron que no se han divorciado (estas cosas cuestan caras) y que siguen dando clases en la misma escuela. Supongo que no compartirán casa, en este caso cenizas. Lo mismo con el roce se acaban arreglando y se avivan los rescoldos del amor, o lo mismo saltan más chispas incendiarias…
Si hay novedades ya daré noticias, espero que no lleguen a salir en las secciones de sucesos.
En todo caso hay diferencias entre los dos casos, hombre, mujer, 7 años, 2 meses. Quizás tenga que ver con el valor de una y otra vivienda. O con el valor de la vida.
GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS