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Mientras tantoLa quijada del asno

La quijada del asno


Y entonces fue cuando Preciado decidió echar una mano a Mourinho. Las parábolas a veces se escriben con la quijada de un asno. El Barca estuvo perdido en El Molinón, zarandeado por un vendaval norteño y el Madrid con 10 demostró que, a veces, es cierto lo que decía Helenio Herrera que se juega mejor que con 11 (¿incluso sin Casillas?). Están los blancos a 5 puntos otra vez y vuelven a reivindicarse cuando todo parecía perdido. Guardiola pierde con las rotaciones, y sobre todo cuando pone en el centro de la defensa a Milito (un jugadorazo hace cuatro años).

En la noche de los Goya, hubo algo goyesco en nuestro fútbol: los defensores de la santa tradición le zurraron la badana a los ilustrados. Suele pasar en ese largo y tortuoso camino que es el Campeonato de Liga, amenazado por el entreacto de la Copa (el 20 de abril en Mestalla) y la fase caliente de la Champions. Después del día de los enamorados empieza la estación de los emparejamientos cargados de adrenalina.  Mañana mismo, quién lo diría, Raúl vuelve a España con el Schalke 04 a enfrentarse al Valencia. Pasado, el Barca se enfrenta al equipo de Cesc en Londres, el mismo día que Benzema vuelva a su Lyon. Grandes escenarios, grandes esperanzas.

(No conozco a Juan Tomás Avila Laurel, ni sé si le gusta el fútbol, pero vaya mi cariño y solidaridad hasta Malabo).  

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