Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoDe mapas y horizonte

De mapas y horizonte

La historia no tiene libreto    el blog de Joseba Louzao

Hay una imagen que ha marcado, sin pretenderlo, una
parte de mi vida, y también la forma en la que vivo. Ojalá existiese una foto
que hubiese retenido aquella escena. Podríamos, si la tuviésemos delante,
observar a un niño tumbado en el suelo absorto, con ojos expectantes, en un
libro. En ese tomo delgado podríamos ver mapas y alrededor de ellos unos
dibujos de lo más característico de aquellos lugares que estaban señalados en
sus páginas. Es, y era, un atlas infantil. Tiene los bordes carcomidos,
desgastados porque un día el agua caló la mochila donde se encontraba. Aquel
pequeño nunca salía de casa con paraguas, aunque fuera lloviese a cántaros, y
cuantas broncas se llevó por ello. Ese chaval está asombrado: no conoce nada de
ese mundo y, por momentos, no puede creer que haya gente en el mundo con tan
variadas costumbres y extraños vestidos. Su vida queda encerrada en el colegio,
su pueblo, los parques de su ciudad y un balcón cerrado de juegos, desde el que
observa la calle. Su mirada intenta descubrir los colores, los animales, en
definitiva, todas aquellas cosas que estudia concienzudamente en su atlas
personal y que no puede reconocer en su realidad cercana. Aunque no lo sepa
expresar, quisiera ser un extranjero en esos parajes.


Ese niño, que ya ha crecido, aún lo desea. Para qué
engañarnos. No hace falta que me pregunte sobre lo que le ha sucedido a ese
niño. Porque ese niño soy yo. El atlas aún lo guardo, sigo sin conocer la mayor
parte del globo, por ello, de vez en cuando me acerco a la literatura de
viajes. Intento llegar a esos lugares que sé que nunca visitaré. Cuando pienso
en aquel atlas, tengo otra vez los mismos sueños de cuando era más ingenuo y no
puedo dejar de mirar hacia el horizonte.



“La luz que acecha en la inmensidad de un horizonte
donde perderse parece inevitable, y que hiere con un rayo que despierta más
allá de lo sostenible, llamando a la completa vigilia, ésa donde la mente se
incendiaría toda”.

MARÍA ZAMBRANO

Más del autor

-publicidad-spot_img