Para un joven aficionado del fútbol puede ser difícil imaginar que la selección de Austria alguna vez fue una potencia mundial. Sin embargo, en el período entreguerra, en plenos años treinta, el Wunderteam austríaco de Hugo Meisl, un auténtico innovador del fútbol, dominó el fútbol europeo y se estableció como el más importante referente de excelencia de la época.
Eran los días en los que el fútbol se media en relación a las selecciones británicas, principalmente la escocesa y la inglesa, y el fútbol centroeuropeo, ya con unas tres décadas de pedigrí, se postulaba como el más serio contrincante al de las islas, no tan solo a nivel de selecciones sino también a nivel de clubes. Desde 1927 se disputaba la Copa Mitropa en la región, que fue precursora de la Copa de Campeones de los ’50. De hecho, de haberse disputado entonces algo como la Champions League, los equipos centroeuropeos, incluyendo los de Yugoslavia, habrían arrasado.
El planteamiento táctico habitual de la época era eminentemente ofensivo, y el Wunderteam de Meisl no era una excepción, adoptando el 2-3-5 que Jimmy Hogan, gran amigo del entrenador autriaco, había exportado ya antes de la primera Guerra Mundial, y con el que llegaron a imponer una marca de 14 victorias consecutivas en partidos internacionales entre 1931 y 1932.
El nombre de Wunderteam surgió cuando Austria le marcó 5 a Escocia en el estadio del Hohe Warte en Viena, en mayo del ’31, meses antes de que se inaugurara el mítico estadio del Prater con un encuentro frente a Alemania que el conjunto local finiquitaría con un contundente 6-0. Austria venía de batir a Checoslovaquia en partido de la Copa Internacional y, tras un desliz contra Italia en el primer partido de la competición, no volvería a perder hasta alzarse con la copa en octubre de 1932. Sin embargo, el 5-0 contra Escocia (a pesar de que los escoceses jugaban con un equipo lleno de debutantes) significó un acontecimiento de una escala completamente diferente.
De hecho, no es de extrañar que la racha ganadora de ese gran equipo se viera interrumpida en un encuentro contra Inglaterra, en diciembre del ’32, jugado en el Stamford Bridge, que terminaría 4-3. Conducida por “el hombre de papel”, el gran Matthias Sindelar del Austria de Viena, la selección austriaca volvería de Londres con la cabeza en alto y lista para comenzar una nueva racha que los llevaría hasta la Copa del Mundo de 1934, en la que perdieron 1-0 con un gol que nunca ha debido ser, contra la única selección que tenía el permiso de Mussolini de proclamarse campeona: la selección de Italia.
Era el comienzo del fin de la era dorada del fútbol austriaco: en 1936 el Austria de Viena ganaría su segunda y última Copa Mitropa, la cuarta occasion en que un equipo de Viena la ganaba entre 1930 – 1936 (Rapid en 1930, First en 1931, Austria en 1933). Hugo Meisl moriría de un infarto en 1937, y un año más tarde la selección de Austria sería absorbida con el Anschluss por la del Reich alemán. Sindelar se rehusó a jugar para la selección nacional, fue perseguido por la Gestapo y murió en extrañas circunstancias en 1939, convirtiéndose en un símbolo contra el nazismo en Austria.
Un conflicto mucho más complejo que el fútbol oscurecía el horizonte de Austria y de Europa. Sin embargo, el legado futbolístico de aquella generación habría de perdurar en la historia.
El once de lujo habitual de la selección austriaca incluyó a Rudi Hiden, del Viena AC, en el arco hasta 1933, cuando este completó su traspaso por 80,000 francos al Racing Club de Paris y abandonó la selección. Karl Rainer y Joseph Blum, del First Viena, fueron la pareja de centrales, con Karl Sesta, (Viena AC 1928-1931; Austria Viena 1934-1943) reemplazando al último tras su retiro en 1932. Como mediocentro se solían alternar Josef «Pepi» Smistik, del Rapid, y Poldi Hofmann del First Viena, junto con la pareja del Austria Viena, Walter Nausch y Hans Mock en las bandas. Los cinco de arriba incluían a Sindelar, el que los creaba, y a Anton Schall, del Admira, el que los marcaba (5 veces líder goleador de la liga entre 1926 y 1932, con 151 goles para el Admira y 28 goles en 28 partidos con la nacional entre 1927-1934). Por la izquierda se alineaba bien Adolf Vogl, también del Admira, o Rudolph Viertl, del Austria, mientras por la derecha atacaban Karl Zischek del Wacker, autor de dos tantos contra Inglaterra en el Stamford Bridge, y Fritz Gschweidl del First Viena, alternado a partir de 1933 con el gran goleador checo, Josef Bican, del Rapid. Tras el Anschluss sólo Sesta y Mock vestirían la camiseta del Reich.