Un cielo de polisemia recita ordenadamente sus acepciones: De fieros calores y su largo asedio, a las primeras lluvias siempre gratas, estribillo del año que avanza. También andan los hombres su oración, en coche de paseo, recorriendo de un extremo a otro la prisión sintáctica, trampa que dio caza a un puñado de respuestas. Otro conocimiento custodian las lenguas del pasado, ardiendo en lo profundo de cada letra. Antes de la duda, donde acaba la tierra conocida y de nuevo se enciende la antigua llama, habla el lenguaje poético, puente, paso único hacia todos los destinos, acción de anhelar, romper las cadenas, sintaxis cuántica.