En plazas o esquinas de dos ciudades del sur de Brasil, Pelotas y Porto Alegre, se puede encontrar una Flor. Esta performance coreografiada, con música ejecutada en vivo, se desarrolla en un tiempo más lento de lo usual. “Es la delicadeza de la vida que nace a cada instante, bajo nuestros pasos apresurados, nuestra mirada intimidada, nuestra mente congestionada. Un sutil llamado a la sencillez de las cosas esenciales que mantienen el ciclo de la vida (nacimiento/muerte) y que no percibimos”, explica la bailarina Thaís Petzhold, que junto al violoncelista Celau Moreyra, protagoniza este espectáculo de calle. El proyecto ha recorrido todo el país, contando en cada ciudad con la participación de músicos locales, y cierra su temporada en el sur braileño.