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Mientras tantoAquí no cabemos

Aquí no cabemos


   

– Sección E.

– ¿D?

–  No, “E”, “E” de “Elefante”.

  Estamos en la “E”.

  Vale, ahora hay que buscar la zona 2 dentro de la “E”.

  Pues no es complicado esto ni nada.

  “E-2”, “E-2”… Ahí está la uno, ahí está la tres…

  Debemos estar donde los impares.

  ¿No hay un acomodador aquí?

  Ponte a buscar un acomodador.

  Ya, pero vendedores de cerveza, sí hay.

  El negocio es el negocio.

  Anda, vamos para allá, que creo que es por ahí.

 

Encuentran sus sitios.

 

  Por fin.

  Uuuuy, mi espalda.

  No son los mejores asientos, precisamente.

  ¿Sabes lo que costaban los de delante?

  Ya. Pero bueno, para una vez que ocurre algo por aquí…

  Yo no pienso pagar un dineral por esto, que no deja de ser un capricho.

  Vale, vale.

 

Se levantan para dejar pasar. Se vuelven a sentar. Una voz anuncia que quedan cinco minutos para que empiece el espectáculo.

 

  ¿Y se sabe cómo piensa hacerlo?

  ¿Él?

  Claro.

  Hay rumores, pero nada confirmado. La mayoría cree que va a ser un meteorito.

  ¿Otra vez?

  Ya, supongo que no porque no le gusta repetirse. Las apuestas dicen que si una inundación, un terremoto, un virus… o todo junto. ¿Sabías que una llamarada solar podía haber alcanzado la Tierra en cualquier momento?

  No sabía.

  Pues mira.

  Acojonante.

 

Silencio.

 

  Yo creo que será con dos meteoritos.

  ¿Dos?

  El doble de espectáculo.

  Puede ser. Lo que sí tiene mérito es haber guardado el secreto hasta el final.

  Hombre, hasta el final, hasta el final…

  Qué.

  Que los mayas ya soplaron la fecha.

  Ya. Pero aún así no se sabe la hora exacta, no se sabe cómo… y eso que hoy día acaba todo en internet.

  Por eso Él va a hacer borrón y cuenta nueva.

  ¿Por qué?, ¿por internet?

  Entre otras cosas. Dice que la gente pasa más tiempo jugando a las cartas que en Misa y que se acabó.

  Un poco drástico.

  Ya sabes como es. De todas maneras, yo creo que está cabreado porque no sabe cómo configurar el router.

  Jeje, como te oiga…

  ¿Cómo me va a oír, con todo este follón?

 

Piden dos cervezas a un vendedor.

 

  Lo que sí es verdad es que cuando termine el show no vamos a caber todos.

  Pues no hay más remedio.

  ¿Cuánta gente hay ahí abajo?, ¿cinco mil?, ¿seis mil millones?

  Justo acababa de nacer el número siete mil.

  ¿SIETE MIL MILLONES?

  Y pico.

  Ahora sí que no vamos a caber todos.

  San Pedro anda estresado perdido.

  No me extraña.

  Pero no van a subir los siete mil millones, todos al completo. Hay que descontar a los no arrepentidos, los que no están bautizados, los que no creen en Él…

  Ya, pero aún así… de golpe…

  Me parece que van a estar más ocupados los del sótano que nosotros, mira lo que te digo.

  Eso sí.

  De todas maneras el atasco para volver a casa va a ser importante. Con todos los que estamos y los que van a venir, mentalízate que no llegamos hasta las mil.

  Picamos algo por aquí y esperamos a que se despeje.

  Podemos tardar horas.

  ¿Tienes algo que hacer luego?

  No.

  Pues entonces.

 

Silencio. Pasa otro vendedor.

 

  Y ese, ¿qué vende?

  Como una especie de gafas.

  No me jodas que esto es en 3D.

  Igual tiene partes en 3D.

  Yo creía que iba a ser en vivo.

 

El espectador de la fila de delante se gira:

  Son gafas protectoras, para no dañar la vista. Se supone que va a haber explosiones y fuego y por si acaso…

  Ah, muchas gracias.

 

El espectador vuelve a su sitio.

  ¿Qué hacemos?

  ¿De qué?

  ¿Pillamos unas gafas?

  Yo es que me he traído prismáticos y puede ser un jaleo.

  Pues yo voy a pillar unas.

  Venga, va. Pide dos. No me vaya a quedar ciego. Desde luego… barata me está saliendo la tarde.

  No protestes tanto, que esto sólo pasa una vez cada tres mil millones de años.

  Ya, ya, menos mal.

 

Cuando se ponen las gafas, se apagan las luces. El público grita de emoción.

 

– ¡Justo!

  ¿Ves algo?

  No… parece que sale alguien al escenario.

  ¿Hay teloneros de esto?

  No sé.

  ¿Por qué no te pones los prismáticos?

  Sí, mejor.

 

Una voz resuena por todo el estadio.

 

  Señoras y señores…

 

Risas.

 

  Jajaja, sólo bromeaba: Serafines, Querubines, Tronos, Dominios, Potestades, Virtudes, Principados, Ángeles y Arcángeles. No me dejo a nadie, ¿verdad?

 

El público enloquece. El que mira a través de los prismáticos le dice a su compañero.

 

– ¡Son los cuatro al completo!

  ¿Los cuatro jinetes?

  ¿Qué jinetes, ni qué…? ¡Mateo, Marcos, Lucas y Juan!

  ¿No estaban enfadados?

  ¡Pues ya ves tú!

 

San Lucas continúa:

 

  ¿Estáis preparados para ver el Fin del Mundo?

 

Gritan: “¡Sí!”.

 

  ¡No os oigo!, ¡he dicho: ¿estáis preparados para ver el Fin del Mundo?!

 

Gritan con más fuerza: “¡¡¡¡SÍIIIIII!!!!”.

 

  ¡¡Esto es increíble!!

  ¡¡Ya te digo!!

  ¡Como si los Beatles se reunieran!

  ¡¡Que si lo piensas eso también va a ocurrir luego!!

  ¡¡Increíble!!

  Y tú querías quedarte viendo “Cuéntame”…

  ¡Calla y dame un abrazo!

 

Los dos amigos se abrazan y saltan de la emoción. La velada acaba de comenzar.

 

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