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Mientras tantoEventualmente fehaciente

Eventualmente fehaciente


 

Oí en la radio una de esas frases que prueban –si es que fuera menester- que tenemos un problema requetefeo con la lengua. Fue en Radio Clásica, en una tertulia presuntamente culta, donde alguien, después de observar: “No soy pesimista” (no recuerdo a propósito de qué) se vio en la necesidad de mejorar la frase -ya que era clara y concisa- y le salió esto: “No albergo un pesimismo fehaciente”. Así como lo oyen. En cambio yo, para ser sinceros, sí soy pesimista, y creo que la RAE tendría que dar de vez en cuando un toque de atención, con ejemplos, y con toda la simpatía y amabilidad que se quiera (sin imposiciones, ya que para empezar es inútil). Si lo único que hace en definitiva es ir aceptando lo que el hablante generaliza con el uso, sin incitar nunca a la reflexión y la discusión, ¿para qué nos vale?

 

Encontré en un libro de denuncia tremendo (de la periodista mejicana Lydia Cacho) muchos ejemplos de anglicismos y falsos amigos (imaginemos cómo hablaríamos en España si compartiéramos una frontera de casi tres mil kilómetros con los Estados Unidos). Entre otras muchas cosas, una nube de eventualmente, cuyo sentido en la frase era casi siempre “al final”, “acabó siendo”, “después”, “finalmente”, y que ha tomado de eventually traducido a capón; un sorprendente controversial, adjetivo inglés que significa polémico, controvertido y que convierte en castellano por las buenas, y finalmente (ella pondría aquí, “eventualmente”…) un uso constante de una variable del “vascos y vascas”, “ciudadanos y ciudadanas”. Ella lo circunscribe a los artículos, y así escribe, por ejemplo: “las y los ciudadanos”, con lo cual las ciudadanas se convierten en… las ciudadanos”. En otros casos, quedaba todavía más absurda la solución. Espero fervorosamente que esta oleada sea cosa de una generación, y que no sigamos por ese camino. Pero albergo dudas fehacientes

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