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Mientras tantoLeyendo la historia (III)

Leyendo la historia (III)

La historia no tiene libreto    el blog de Joseba Louzao

 

1. Historias de la Edad Media. José Enrique Ruiz- Domènec quizá sea uno de los historiadores más prolíficos y uno de los lectores más estimulantes de nuestro país (como demostró la recopilación Lecturas para un nuevo milenio). Especialista en la historia medieval – es catedrático de Historia Medieval de Europa en la Universidad Autónoma de Barcelona-, sus intereses historiográficos le han llevado a interesarse por numerosos temas y contextos históricos (el ISBN, que no suele engañar, nos señala 48 libros). Sin ánimo de ser exhaustivo, se ha interesado por el amor medieval (La ambición del amor) y la construcción europea en un ensayo que intenta responder a la pregunta de por qué es necesaria Europa (Europa. Las claves de su historia), ha intentado rescatar la dignidad del oficio de historiador (El reto del historiador o Rostros de la historia), reconstruir una nueva historia de España (España, una nueva historia) o rastrear la vida de un genio como Leonardo da Vinci (recomendable, por otro lado, acercarse a la exposición en el Canal de Isabel II).

 

En su reciente Entre historias de la Edad Media (Editorial de la Universidad de Granada), el representante español en la comisión europea «27 historiadores para los 27 países de Europa» ha recopilado varios de los trabajos que ha publicado en diversas revistas académicas y las conferencias que ha pronunciado a lo largo de la última década. Por estas páginas circulan paisajes y fronteras (la Península Ibérica o los Pirineos), personajes reales (el Abad Oliba o Jaime I) y de ficción (desde Tirant Lo Blanch al Quijote), leyendas que han marcado el pasado occidental, como el Santo Grial, o los más importantes medievalistas del siglo pasado (desde su querido maestro George Duby a la norteamericana Grabrielle Spiegel). La riqueza de los asuntos tratados, en definitiva, responde a un interés central en Ruiz- Domènec por acercarse a la compleja identidad cultural de la Edad Media de forma plural y variada.

 

Todo ello con la intención de sacar provecho de las ideas del pasado. El final de uno de los capítulos dedicados a la ficción medieval («De quién es esta historia: del Tirant al Quijote») es representativo de esta forma de comprender el pasado:

 

“Cuando Don Quijote, en su retiro de Sierra Morena, se vio súbitamente apresado en la duda de que todo aquello carecía de sentido, hizo lo que debe hacer todo ser humano dotado de sentido del humor: reírse de sí mismo. De ese gesto todos podemos aprender mucho aún hoy”.

 

Y es que Ruiz- Domènec es un historiador que se enfrenta al reto de narrar la historia y de entenderla. Porque, como señala en el último artículo recogido en este libro, el futuro verdadero no puede descansar sobre un pasado falso. Un búsqueda que debería basarse en la libertad, en la cratividad y en el compromiso intelectual desprejuiciado.

 

2. Felipe II y las mujeres. No es habitual encontarse con una edición tan cuidada gráficamente de una obra divulgativa en España como la del último Premio Algaba de Investigaciones Históricas. Con Las mujeres de Felipe II. Deber y pasión en la casa del rey, María Pilar Queralt y la editorial Edaf han conseguido elaborar un libro que no solo se disfruta leyendo – aunque se han colado varios errores de edición que tampoco deslucen el resultado final. Con más de un centenar de fotografías a color, dos desplegables muy ilustrativos y un apéndice documental final, esta obra puede ser una magnífico regalo en estas fechas para aquellas personas atraídas por el personaje o la historia de la monarquía española.

 

Queralt, una historiadora que ha concentrado su labor divulgativa en la biografía y la escritura de novelas históricas, se acerca en esta ocasión al largo catálogo de mujeres que cruzaron la vida de Felipe II. La lista es amplia: su madre Isabel de Avís y sus hermanas, sus esposas (María Manuela de Portugal, María Tudor, Isabel de Valois y Ana de Austria) y sus hijas e, incluso, sus amantes Isabel Osorio o Eufrasia Gómez (y la enigmática posibilidad de la valerosa princesa de Éboli). Ellas conforman la polifonía vital de uno de los personajes más discutidos y estudiados del pasado español. Porque, como demuestra este texto, la biografía de Felipe II también fue la de «sus» mujeres. Algo que también ha puesto de manifiesto otro libro recientemente publicado por Antonio Villacorta sobre las esposas del rey (Las cuatro esposas de Felipe II, Ediciones Rialp).

 

Cada una de estas mujeres van dibujando el perfil más íntimo del monarca, demasiado olvidado por el personaje público que fue. La vida privada de Felipe II también nos acerca a las grandes líneas de la vida privada cortesana, del matrimonio y de la política de Estado, del amor y de la ternura, de la infidelidad y de la pasión, de la paternidad y del dolor de la pérdida. Porque Felipe II fue mucho más que el Rey Prudente, taciturno solitario del tópico de su final en El Escorial, la gran obra que quiso convertir en la «octava maravilla del mundo».

 

3. Bin Laden y su leyenda. Los mitos sobre Bin Laden están muy vivos, a pesar de su muerte. El historiador Juan Avilés (catedrático de Historia Contemporánea de la UNED) ha intentado desentrañar la realidad que se encuentran tras la retrato del que fuera el enemigo más buscado hasta su reciente fallecimiento – por supuesto, y como no podía ser de otra forma, discutido- a manos de un comando especializado de los Estados Unidos en su refugio paquistaní.

 

Como ha demostrado en sus múltiples reseñas de El Cultural del diario El Mundo, Avilés es un magnífico conocedor de la compleja e inabarcable bibliografía académica y periodística relacionada con el rostro principal de Al Qaeda y el fenómeno islamista. Por ello, Osama Bin Laden y Al Qaeda. El fin de una era (Libros de la Catarata) puede ser considerada una guía de urgencia para todo aquel que quiera desentrañar lo que hay de realidad y mito detrás del terrorismo internacional, sin tener que leer centenares de libros y artículos especializados.

 

El libro se estructura sobre una serie de preguntas a las que Avilés intenta responder con claridad, profundidad y brevedad. ¿Eran tan rico como narra la leyenda Bin Laden?, ¿fue ayudado en sus inicios por la CIA?, ¿cómo surgió Al Qaeda y cuáles son sus objetivos?, ¿es el islam responsable del terrorismo islamista?, ¿se pudo evitar el atentado del 11 de septiembre de 2011?, ¿fue contraproducente la respuesta de G. W. Bush?, ¿intervino Al Qaeda en el atentado de Madrid? o ¿fue la muerte de Bin Laden una acción de guerra o una ejecución extrajudicial?

 

En gran medida, todos recordamos dónde y qué estábamos haciendo el 11-S. Aquel ataque terrorista inauguró el siglo XXI y una década marcada por el miedo realista al terrorismo islamista (como demostraron los atentados de Madrid, Londres o Bali) y la controversia sobre la viabilidad y oportunidad de la «guerra contra terror». Avilés apuesta por el fin de una era, lo que no debe ser entendido como la desaparición del terrorista yihadista a corto plazo. Las actuaciones de Al Qaeda probablemente decrecerán ante la imposibilidad de conseguir llenar el hueco carismático dejado por Bin Laden y por el error de su estrategia. Y es que no debemos olvidar que la ferocidad y radicalidad de sus acciones en Irak han favorecido su propio descrédito en el mundo islámico. Osama Bin Laden, por tanto, probablemente había muerto como líder mucho antes de su asesinato físico.

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