La presentación del número nueve de Teatra en la Residencia de Estudiantes, fue para la revista como alcanzar la Meca soñada de las presentaciones. La colina de los chopos juanramoniana aquella tarde relució como un monte Ararat para Teatra.
Y no sólo porque allí residieran –mientras fueron estudiantes– los tres grandes modernos de la Generación del 27: Lorca, Buñuel y Dalí; sino porque la Residencia seguía siendo un símbolo del progreso del conocimiento en España.
En sus años dorados (1925-1936, y bajo la dirección de Alberto Jiménez Fraud), por los salones y laboratorios de la Residencia desfilaron y disertaron: Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, Walter Gropius, Henri Bergson y Le Corbusier; lo más brillante y revolucionario que en la ciencia y en el Arte entonces existía. Que Teatra renovara sus votos de modernidad en un recinto casi sagrado para la Cultura española, no era sino una suerte de orgullo personal y un aroma de consolidación artística.
Una vez más Lourdes Ortiz fue la presentadora del acto, demostrando su extrema generosidad con la revista, a través de las palabras que en tan noble recinto le dedicara. Abría su texto desenterrando el lema “Sed realistas, pedid lo imposible”, para animar a Teatra y a todos los allí congregados, a seguir luchando por las utopías, auténtico fuego del arte. Tras este nuevo emparejamiento ceremonial, Lourdes fue nombrada Madrina vitalicia de Teatra.
La presentación se realizó junto al mismo piano de cola que en tiempos tocara Lorca en esa misma sala; su busto estaba presente, alumbrando el escenario efímero de Teatra.
Como el número que se presentaba estaba dedicado a África, se pidió a los asistentes que acudieran engalanados con estampados salvajes. Por su parte, la redacción de Teatra compareció vestida y enguantada de negro, y con Fez rojo sobre sus cabezas. Tras las palabras de la Madrina-presentadora, Vizcaíno –director de la revista– pronunció solamente dos palabras: “A merendar”.
Y comenzó a servirse aquella merienda negra con chocolatada y tartas decoradas con la silueta de África; y también aceitunas negras (conocidas como Perlas del Guadalquivir); vinos moscatel, Pedro Ximénez y Palo cortado.
De los muros del Salón Principal de la Residencia de Estudiantes colgaban dos grandes banderolas, (pintadas por Alfonso Berridi sobre plástico transparente), con sendos peces rampantes con el perfil cornudo del continente negro. Bajo la cola de uno figuraba la palabra Teatra; bajo la del otro, Africa.
¿Quedarían los rumores de esa velada de septiembre en la Residencia, enredados con las poéticas voces que allí se pronunciaron antaño?
ENLACES CON OTRAS PRESENTACIONES DE TEATRA
Esta entrada es un anticipo de la página Web de la Revista Teatra que se está preparando en estos momentos, y cuya próxima apertura cada vez está más cercana.
Si quieres conocer alguna otra presentación de la mencionada revista, referida anteriormente en estas páginas, pincha en los siguientes enlaces:
Presentación Nº 12-13 de Teatra en París