Y exceso de todo al mismo tiempo. Sublimación de la mediocridad y enaltecimiento de la mentira. Y tú más. En realidad, todos menos. ¿Hay sitio aún para la humildad? Sospecho que los Animales de compañía dominicales de Juan Manuel de Prada comienzan a hacer mella en el estado de ánimo de este Diafragma 183 sin brújula y ni siquiera rumbo. A veces estoy tentado de imitar a la Avenida Atlántida y ofrecer este espacio a quien tenga algo que decir. A fin de cuentas, a diario regalamos con suma facilidad 183 palabras a quien tal vez ni las merece. Otra opción sería dejar que la fotografía lo diga todo. Pero incumpliría el pacto. «¿Cuándo llegará la primavera?», me preguntaba en un correo electrónico un amigo al comenzar esta semana. Intuí que no hablaba de meteorología, sino de esencia. Como a la espera de un deshielo, nuestro personaje de hoy no termina de sonreír y esconde su mirada en un blanco y negro temeroso de que siempre sea invierno. ¿Dolerán esas ramas que se le están clavando en el rostro? ¿Y la nostalgia pendiente?